1. Tottenham 5-Chelsea 3
No deja de ser paradójico que fuera una derrota la que hiciera campeón al Chelsea. Porque no cabe duda de que fue este varapalo en Año Nuevo el que modificó el enfoque de José Mourinho y, en última instancia, le permitió conquistar el título. Nemanja Matic se vio superado por Christian Eriksen y Harry Kane despedazó a Gary Cahill. Pocos podrían haber imaginado un desenlace así después de que Diego Costa adelantar a los Blues a los 18 minutos. En el descanso, el Tottenham ya ganaba 3-1 y Kane puso el cuarto a los 52 minutos. Nacer Chadli sentenció con el 5-2 en la recta final antes de que John Terry maquillara el resultado.
2. Everton 3-Chelsea 6
Posiblemente, el mejor partido del Chelsea en toda la temporada se produjo en agosto. Los Blues tardaron tres minutos en ponerse 0-2. Aunque Mirallas redujo las distancias al borde del descanso, cinco goles en cuestión de diez minutos de la segunda parte sentenciaron el partido. Entre el minuto 67 y el 77, el partido pasó del 1-2 al 3-5.
3. Leicester 5-Manchester United 3
En una temporada que difícilmente quedará para la historia del Manchester United, este fue sin duda el punto más bajo de la temporada. Ante un equipo que vivió buena parte del año en los vagones de cola de la clasificación, el conjunto de Louis van Gaal mostró todas sus carencias, en especial en la parte defensiva. Y eso que las cosas no habían podido empezar mejor para los Red Devils, que ya ganaban por 0-2 a los 16 minutos y todavía mantenían una ventaja de 1-3 en la segunda parte. A partir de aquí, la catástrofe: Rafael cometió un penalti innecesario que transformó David Nugent, Esteban Cambiasso y Jamie Vardy dieron la vuelta al marcador, Tyler Blackett fue expulsado y Ulloa transformó el segundo penalti de la tarde para sellar un doloroso 5-3.
En una temporada que difícilmente quedará para la historia del Manchester United, este fue sin duda el punto más bajo de la temporada. Ante un equipo que vivió buena parte del año en los vagones de cola de la clasificación, el conjunto de Louis van Gaal mostró todas sus carencias, en especial en la parte defensiva. Y eso que las cosas no habían podido empezar mejor para los Red Devils, que ya ganaban por 0-2 a los 16 minutos y todavía mantenían una ventaja de 1-3 en la segunda parte. A partir de aquí, la catástrofe: Rafael cometió un penalti innecesario que transformó David Nugent, Esteban Cambiasso y Jamie Vardy dieron la vuelta al marcador, Tyler Blackett fue expulsado y Ulloa transformó el segundo penalti de la tarde para sellar un doloroso 5-3.
4. Arsenal 2-Manchester City 2
Si de lo que se trata es de elegir un partido en que ambos contenientes rayaran a su mejor nivel y ofrecieran el mejor partido en global, ese sería posiblemente el duelo que mantuvieron Arsenal y Manchester City en septiembre. Los Gunners posiblemente recordarán con más cariño el partido de vuelta, en el que se impusieron por 0-2 pero en términos meramente futbolísticos, este fue sin duda uno de los partidos del año.
5. West Ham 2-Manchester City 1
El West Ham llegó en cuarto lugar a Navidad y la victoria frente al todopoderoso Manchester City fue sin duda el momento álgido de ese periodo de gracia. Ambos equipos acumularon ocasiones en un partido sin tregua. Morgan Amalfitano adelantó a los locales a los 21 minutos y el Manchester City aumentó la presión hasta hacerla prácticamente insostenible para los Hammers. Sergio Agüero y Yaya Touré enviaron sendos disparos al larguero pero el West Ham dobló su ventaja a los 75 minutos gracias a Diafra Sakho y a la tecnología de la línea de gol. Pero dos minutos después, David Silva marcó uno de los goles de la temporada y nos regaló un final trepidante. El West Ham aguantó y se convirtió en un firme aspirante a la Champions League. Bueno, o eso parecía entonces.
