Posición la temporada anterior: 3º
Pronóstico para la próxima temporada*: 3º
Probabilidades de ganar la liga: 9/4 (bet365)
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The Special One ha vuelto a la capital del Imperio. Allí donde le quieren, dice él, allí donde su nombre era coreado como arma arrojadiza contra sus sucesores. José Mourinho vuelve, como aquellas secuelas o remakes que Hollywood recupera cuando faltan guiones originales, y promete lo que mejor se le da: ganar. Sólo que ya no es The Special One, sino The Happy One, un cartel con el que quiere romper la imagen de general amargado que ha ido dibujando durante toda su carrera y especialmente en su época madridista.
No viene el Chelsea de una época especialmente difícil o turbulenta. Los títulos siguen llegando regularmente a las vitrinas del club, entre ellos la Champions League de hace poco más de un año: el sueño definitivo del propietario Roman Abramovich. Se quitó así el ruso la espina de la final de 2008 en Moscú y llevó el mayor trofeo continental por primera vez a la capital británica. Pero tampoco le dio esa Champions un excesivo crédito a Roberto Di Matteo, que nunca dejó del todo de tener el cartel y la pinta de interino. A los pocos meses de empezada la pasada temporada, Abramovich decidió prescindir del técnico italiano (quien contaba, por cierto, con el apoyo de la parroquia) y contratar al otrora archienemigo Rafa Benítez. Salió el asunto como tenía que salir: mal. Nunca antes una grada había torturado a su entrenador de una manera tan continuada y constante, y eso a pesar de cumplir los objetivos: el Chelsea ganó la Europa League y logró la clasificación directa para la máxima competición continental, pero hacía meses que Benítez estaba sentenciado.
A la grada se le ha dado el caramelo que más anhelaba este verano: el fichaje de un técnico que les llevó a conquistar dos ligas, una FA Cup y dos Copas de la Liga durante la década pasada. El Chelsea derrochador que se iba de compras y no preguntaba precios parece cosa del pasado, pero exceptuando un par de posiciones –que más adelante comentaremos-, la plantilla ya dispone de las figuras necesarias para vencer a City, United y sus vecinos londinenses Arsenal y Tottenham. La segunda era Mourinho a orillas del Támesis gozará a priori de la confianza de la grada, algo que no todos los entrenadores pueden decir, pero el ensamblaje de una escuadra dominante puede llevar más tiempo del esperado.

Así, la portería es la posición más fiable de la plantilla. Pocos equipos pueden presumir de un portero con la experiencia y seguridad de Petr Cech, que afrontará su décima temporada bajo los palos en el club. Una leyenda viva, si me permiten usar una expresión tan manida que ha dejado de tener sentido. Cech lo es, porque ha brillado en los mayores éxitos del club (acuérdense de la final de Munich) y porque ha cumplido siempre cuando las luces no le apuntaban directamente. El sucesor está listo fogueándose en el Atlético de Madrid y se llama Thibaut Courtois, pero para disponer de un recambio de garantías hasta que llegue ese día, el veterano Mark Schwarzer ha recorrido este verano la milla y media escasa que separa Craven Cottage de Stamford Bridge para darse un tardío homenaje en su carrera.

El talento será el factor predominante en el centro del campo, con Mata, Hazard y Oscar un año más “hechos” y la incorporación de Schürrle, uno de los mayores talentos de la Bundesliga la pasada temporada. Pero si Mourinho sigue fiel a sus ideas, el 4-3-3 que acostumbra a disponer sobre el campo necesitará de los mejores Lampard, Ramires y John Obi Mikel para sostener al equipo. Van Ginkel puede ser una gran alternativa, pero el entrenador portugués ha insistido durante todo el verano en la contratación de otro hombre en esa posición.
En la punta del ataque, Romelu Lukaku parece el hombre gol. La gran temporada realizada en su cesión al West Bromwich Albion (17 goles a pesar de haber disputado solo 20 encuentros como titular) le sitúa directamente como el heredero de Didier Drogba, cuyo hueco no fueron capaces de llenar la temporada pasada Fernando Torres y Demba Ba. El madrileño respondió mejor en la Europa League, pero no fue capaz de anotar con asiduidad en la Premier, donde solo perforó la red rival en ocho ocasiones. Ba, por su parte, sólo fue capaz de celebrar dos tantos ligueros tras su traspaso invernal. El ex del Newcastle tendrá otra oportunidad para reclamar protagonismo en Stamford Bridge, pero Mourinho parecía decidido a contratar un delantero centro ‘top’ que le garantice resultados. Por aquello de quitar presión a Lukaku. Al final, y a pesar de las ofertas presentadas, Wayne Rooney no se moverá de Manchester, y el Chelsea tendrá que improvisar una solución antes del 2 de septiembre (Samuel Eto’o se antoja como una posible alternativa) o tirar con lo puesto.
La capacidad para espolear a jugadores y prensa serán las mejores bazas de Mourinho, pero si los resultados no llegan o el equipo no deslumbra con su juego, la misma ferocidad será vertida contra él. Ya pasó en Madrid, por no hablar de su anterior etapa londinense: Mourinho acumula crecientes cuotas de poder, y cuando se ha erigido en monarca absoluto y los resultados son un palmo menos que perfectos, no hay nadie más a quien culpar. Todo promete ser ahora diferente: José no quiere ser ya especial, sino simplemente feliz. El problema es que tanto una cosa como la otra llegan por el mismo camino: el del triunfo.
* Esta posición no es necesariamente la opinión del autor, sino la media de las personas que han escrito las previas.