El Southampton afronta la temporada 2015-16 con una sensación de déjà vu. Los aficionados Saints vuelven a ver cómo su equipo se rearma tras la “deserción” de algunos de sus futbolistas más destacados como ya ocurrió en la anterior campaña.
En esta ocasión, han sido el central Toby Alderweireld, el lateral derecho Nathaniel Clyne y el mediocentro Morgan Schneiderlin los que dejan St. Mary’s. No obstante, los de Ronald Koeman demostraron en la temporada 14-15 que, a pesar de perder piezas importantes, el proyecto siguió adelante con una (para muchos) sorprendente séptima plaza en Premier.
Sin duda, la baja más importante por su presencia e influencia en el juego es la de Schneiderlin. El Southampton perdió un 57% de los partidos que disputó sin el mediocentro francés sobre el campo, cayendo derrotados sólo en el 25% de encuentros con él sobre el césped. Con su marcha al Manchester United, los Saints pierden al centrocampista con más intercepciones y al futbolista con más entradas exitosas en toda la Premier League durante las tres últimas campañas. Citando a un compatriota del francés, ataviado siempre con toga y chistera, Zidane declaró tras la venta de Claude Makelelé por parte del Real Madrid que “estaban poniendo otra capa dorada de pintura al Bentley mientras perdían a su motor”. La salida de Schneiderlin amenaza con impactar de igual manera a los Saints si su sustituto no lo impide.

La zaga es la otra gran perjudicada por la resaca de tinto veraniego que dejan los traspasos en St. Mary’s. Si bien el recién llegado Cédric Soares (que fue uno de los jugadores más prometedores del Sporting de Lisboa la temporada pasada) parte con opciones para hacer olvidar a Clyne (defensor con más entradas exitosas en liga la anterior campaña), el eje central de la defensa es el más resentido con la salida del club de Alderweireld. El belga no sólo fue uno de los seis defensores más precisos en el pase largo de toda la liga la pasada temporada sino que además era uno de los líderes del vestuario. Con su marcha al Tottenham, se pierde su influencia para abrir el juego desde atrás proporcionando una salida aseada de balón y su actitud ganadora en un grupo que la va a necesitar. Toby llegó para reemplazar a Dejan Lovren (que puso rumbo a Anfield) y fue una de las gratas sorpresas de la liga junto a su compañero en el eje José Fonte (líder de intercepciones en la Premier durante la campaña 14-15). Steven Caulker ha llegado cedido procedente del QPR londinense destinado a ser el sustituto de Toby aunque deberá disputarle la titularidad al japonés Maya Yoshida.
Las buenas noticias llegan dirigiendo la mirada desde los tres cuartos de campo hacia delante. El equipo no sólo no ha acusado bajas en esa parcela, sino que podrá contar con Juanmi (el joven delantero español de 22 años procedente del Málaga), Jay Rodríguez (el internacional inglés regresa tras su lesión) y Gaston Ramírez. Todos ellos se sumarán a los teóricos titulares: Graziano Pellé, Sadio Mané y Dusan Tadic.
Con una de las mejores canteras de la Premier, el Southampton espera seguir subiendo jóvenes perlas a su primer equipo. Los próximos nombres a tener en cuenta, podrían ser los de Harrison Reed y Jordan Turnbull.

En el primer encuentro oficial del Southampton esta temporada, los de St. Mary’s volvieron a competición europea tras 12 años. El rival fue el Vitesse holandés (dónde Izzy Brown, el canterano cedido por el Chelsea, jugó todo el partido), en un lance perteneciente a la tercera ronda clasificatoria de Europa League.
El lance de ida que se jugó en St. Mary’s (la vuelta tendrá lugar el 6 de agosto en campo del Vitesse), se zanjó con un estruendoso 3-0 a favor de los locales. Los de Koeman saltaron al terreno de juego con un 4-3-3: Sketelenburg; Cédric, Fonte, Yoshida, Targett; Wanyama, Davies, Clasie; Tadić, Pellè, Mané. El planteamiento de los Saints (por planificación previa u obligación ante la postura rival) sorprendió al basarse en el juego aéreo y los balones largos. Un fútbol directo que encumbró en un pedestal de granito a la figura de Wanyama (omnipresente en la medular interceptando balones e iniciando jugadas incrustado entre centrales) y Pellè (abrió la lata con un gol de nueve clásico, siendo la gran referencia en la delantera y un “área de descanso” para sus compañeros y apertura del juego a los costados). El 4-3-3 era un dibujo engañoso: Mané empieza las jugadas como extremo izquierdo pero las desarrolla y finaliza como segundo punta con total libertad. Esa movilidad se sumó a los desmarques y apoyos del italiano Pellè, los movimiento de fuera hacia dentro del talentoso Tadić y las subidas por los carriles exterior e interior del prometedor Cédric, haciendo que el costado derecho del conjunto local fuese el que más quilates destiló.
No obstante, mientras el cuero parecía poseído por el obsesivo sueño de Ícaro, Jordy Clasie parecía un snob con monóculo observando un partido de Wimbledon desde la grada: desconectado del partido, fallando pases fáciles para la calidad que se le supone y ausente del partido ante su incompetencia por arriba. De hecho, se marchó sustituido por el español Juanmi en el minuto 62 (que aportará interesantes movimientos sin balón por el área y sus aledaños). Deberemos esperar para ver si el Southampton se adapta a Clasie o si es la brújula holandesa la que deberá hacerlo a sus nuevos compañeros. Mientras tanto, parece obvio que no debemos dudar del club y su capacidad para salir airoso de otro productivo periodo de traspasos estival. Respaldado en el cántico que recuerda su sorprendente escalada a través de las divisiones ( “We are Southampton… we’ve come from League One” sonaba en las gradas cuando Pellè adelantó a los suyos) podemos afirmar que si el fútbol es una religión, la reinvención es el culto de los saints.