En 1997, el Sunderland se trasladó al Stadium of Light procedente del legendario Roker Park, donde jugó durante más de un siglo. Los aficionados tuvieron la oportunidad, entonces, de elegir un nuevo apodo. Un total de 11.000 aficionados participaron en la votación. Las opciones eran The Light Brigade, The Miners, The Sols, The Mackems y The Black Cats. El apodo elegido fue el último. Los gatos negros.
Existe un largo vínculo histórico entre la ciudad de Sunderland y los gatos negros, comenzando por una batería de artillería situada a orillas del río Wear llamada «Black Cat Battery». En 1905, el apodo empezó a tener una relación más estrecha con el club. Un gato negro subido a un balón de fútbol aparecía junto al presidente de la institución en una fotografía de aquella época. Tres años más tarde, en 1908, apareció en la foto del equipo. En 1937, Billy Morris, un aficionado del Sunderland acudió a la final de ese año de la FA Cup con un gato negro en su mochila. Esa asociación con los felinos acabó por convertirlos en una especie de amuleto. En la década de los 60, un gato negro vivió en Roker Park bajo la atención del club.
En pocas épocas de su centenaria historia, el Sunderland se podría sentir más cercano a los gatos negros, considerados tradicionalmente como símbolos de brujería y mala suerte. El Sunderland actual dista mucho del equipo que consiguió seis ligas antes de la Segunda Guerra Mundial o la famosa FA Cup de 1973 con Bob Stokoe al frente.
La plantilla actual de los Black Cats reúne jugadores que militaron en equipos grandes y están en plena decadencia de su carrera, jóvenes prometedores que nunca llegaron a explotar y un tercer grupo de jugadores que compaginan ambos rasgos. Los verdaderos héroes de Dick Advocaat. Los que simbolizan a la perfección el caótico equipo en el que se han convertido los Black Cats.
El Sunderland se ha convertido en un cementerio de elefantes para nombres ilustres de la Premier League que han vivido épocas mejores, comenzando por su trío de centrales, John O’Shea, Wes Brown y el recién llegado Younes Kaboul. En este apartado también podríamos incluir a Jermain Defoe, llegado en enero de su retiro dorado en la MLS. Las orillas del río Wear también se han convertido en un lugar de peregrinación para unos cuantos jóvenes (y no tan jóvenes) que estaban llamados a cotas más altas en otras épocas de su carrera, como Emmanuele Giaccherini, Lee Cattermole, Sebastian Larsson, Sebastián Coates, Patrick van Aanholt, Jack Rodwell o Ricky Álvarez. Mención aparte merece Adam Johnson, pendiente de juicio por haber mantenido relaciones sexuales con una menor. Demasiadas pulgas para un perro tan flaco.
Esta es la plantilla del Sunderland. Un año más, candidata al descenso. ¡Sorpresa! Ni la capacidad de su entrenador, ni el incierto rendimiento de su plantilla dan lugar a un cierto atisbo de fiabilidad o confianza para evitar los últimos rincones de la clasificación con relativa comodidad.
En la portería, hallamos a dos viejos conocidos, Costel Pantilimon y Vito Mannone lucharán, dos porteros que proceden de equipos grandes como Manchester City y Arsenal que alternan buenas actuaciones con errores garrafales. El primero debería ser el titular tras su excelente temporada, en que disputó 28 partidos de liga, por 10 del italiano.
La defensa estará comandada por veteranos con sobrada experiencia en estas lizas. O’Shea y Brown, junto con el recién llegado Kaboul, aseguran cierto rigor y fiereza defensiva en el eje de la zaga. En el lateral derecho, van Aanholt parece fijo, al igual que Billy Jones en el opuesto.
El mediocampo es posiblemente la línea más competitiva del equipo. El compromiso de Lee Cattermole, la inteligencia de Jordi Gómez, el criterio de Rodwell, la calidad de Ricky Álvarez y el balón parado de Larsson dejan motivos para creer en que en el norte inglés no son todo nubes.
Los goles volverán a ser responsabilidad del veterano Jermain Defoe, autor de 4 goles en los 14 partidos que disputó en la segunda mitad de temporada pasada. Camino de los 33 años (cumple en octubre), difícilmente esos guarismos mejorarán en el futuro. Al menos, esta temporada contará de ayuda en las bandas. Al italiano Giaccherini y al inglés Johnson se suma el fichaje estelar de la temporada, el holandés Jeremain Lens. Tras una prometedora etapa en el PSV, puso su carrera en suspenso durante los dos años que pasó en el Dinamo de Kiev y regresa a la Europa Occidental a los 27 años con la intención de revivir una carrera que apuntaba más alto.
La única buena noticia para el Sunderland es que el odiado vecino no está mucho mejor. El Newcastle sigue tan malherido como el Sunderland. Las urracas tienen tan maltrechas las alas como los gatos negros las patas. Y los últimos cinco duelos de Tyne & Wear se han saldado con victorias de los Black Cats.
Con toda probabilidad, los aficionados de los Black Cats seguirán aburriéndose como ostras perlíferas esta temporada viendo a un equipo que la temporada pasada empató 17 de los 38 partidos de liga (y nueve a cero). El Sunderland encajó la goleada de la liga tras caer por 8-0 ante el Southampton. Dicen que los gatos tienen siete vidas. ¿Cuántas le quedan al Sunderland en la Premier League?