José Sousa

¿Qué pasa en Bournemouth?

Hace dos temporadas, el Bournemouth estuvo cerca de lograr dos ascensos consecutivos y plantarse en Championship. Sin embargo, hoy en día vaga sin pena ni gloria por League One tras despedir al técnico Paul Groves. La plantilla es más que competitiva, así que…¿qué pasa en Bournemouth?

 
Matt Tubbs, Eunan O’Kane, Marc Pugh, Lee Barnard, Miles Addison…un grupo repleto de talento y experiencia que solo ha sumado una victoria en diez partidos. El equipo que hace dos temporadas casi logra un doble ascenso y que, sobre el papel, ha mejorado la plantilla en League One, no levanta cabeza. Una situación que se ha saldado con una víctima: el entrenador Paul Groves ha sido cesado de su cargo por los pésimos resultados. Groves había sustituido a Lee Bradbury el pasado mes de marzo.
 

Tras casi lograr un doble ascenso, el equipo está ahora al borde del descenso

El técnico Paul Groves ha sido la primera víctima de la situación

El equipo se ubica actualmente en la 20ª posición, con solo 8 puntos (una victoria, cinco empates y cuatro derrotas), empatado con el Scunthorpe, que ocupa ya plazas de descenso. Y el sábado debe rendir visita al Coventry, que se encuentra en el 22º lugar, con un punto menos. A estas alturas de la temporada, cuando todavía no ha transcurrido un cuarto de la competición, el encuentro se antoja ya dramático.
 
El club evitó el descenso en League Two en la temporada 2008–09 y la temporada siguiente logró el ascenso a League One. En 2010–11, el club finalizó en sexto lugar y se clasificó para el play-off de ascenso a Championship, pero perdió la semifinal en la tanda de penaltis ante el Huddersfield Town. La temporada pasada finalizó en 11º lugaren League One.
 
Nadie se explica cómo se ha podido llegar a la problemática actual, pues el ataque del equipo es probablemente el mejor de la categoría, con Lee Barnard y Matt Tubbs. El primero es exjugador del Southampton, aunque ha jugado en otros equipos Championship. El segundo vive una segunda etapa en el equipo de su ciudad tras salirse dos años seguidos en Crawley. Marc Pugh y Eunan O’Kane completan el cuarteto atacante por bandas. El primero es un extremo diestro llegador que lleva dos temporadas seguidas como máximo goleador y asistente del equipo, y el segundo proviene de destacar en League Two de una forma clamorosa.
 

El grupo tiene calidad y experiencia para luchar por los puestos nobles

La esposa del dueño bajó al vestuario en el descanso la temporada pasada

Parecería, pues, que el problema podría encontrarse en la defensa, pero nada más lejos de la realidad. En la retaguardia encontramos a jugadores más que válidos para la división: Stephen Purches, un lateral experimentado en la categoría y hombre de la casa; Miles Addison, una de las promesas del Derby County que, aunque parece haberse estancado, está sobradamente preparado para jugar en esta división; Simon Francis y Tommy Elphick son otros dos defensas con experiencia en Championsip y en League One que podrían ofrecer un nivel fantástico si dan su mejor versión.
 
Los recambios, el fondo de armario, podrían ser la excusa más utilizada, pero a estas alturas de la temporada, en el mes de octubre, y con jugadores como Josh McQuid, exjugador del Millwall y canterano del equipo en que milita, Mark Molesley, un centrocampista trabajador de los de pico y pala, y Harry Arter, más constructor que su compañero y menos sacrificado en defensa, tampoco es una coartada que funcione a la perfección.
 
Lo cierto es que la situación va más allá del césped. El club es propiedad al 50% del ruso Max Demin y de Eddie Mitchell, expresidente del Doncaster. Un incidente ocurrido la temporada pasada y que alcanzó dimensiones nacionales, resume el caos en el que está sumida actualmente la entidad. Durante el descanso del encuentro ante el MK Dons, cuando el Bournemouth caía por 0-1 en casa, la esposa del ruso Max Demin, Irena, irrumpió en el vestuario de los Cherries para regañar a los jugadores. Por supuesto, su charla no tuvo efecto alguno sobre los jugadores. El partido acabó 0-1.
 
Para acabar de rematarlo, el copropietario Eddie Mitchell defendió ante las cámaras de la BBC la actitud de la señora Demin. «Ella y su marido, igual que yo, hemos invertido mucha energía y dinero en el club y tiene derecho a expresar su opinión. Se sentía frustrada y creyó que los jugadores debían conocer sus opiniones y su frustración. Reconozco que quizás fue incorrecto ir al vestuario y no lo habríamos hecho si hubiéramos estado ganando por 2-0. El técnico Lee Bradbury tiene nuestro apoyo al 120%». Un mes después dejaba el club. Con estos precedentes, tal vez no sea tan fácil convencer al candidato oportuno para ocupar el banquillo.
 

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