Juan Antonio Parejo

Queda orgullo y sobra fútbol en Islington (5-2)

Espectacular partido disputado en el Emirates, con remontada del Arsenal. Recuperaron los de Wenger su mejor imagen en el derbi del norte de Londres. El Tottenham, por su parte, se mostró excesivamente conformista y acabó pagándolo caro.

 

Premier League

Arsenal 5
Tottenham 2
Ficha técnica
5 – Arsenal: Szczesny; Gibbs (Jenkinson, 74), Vermaelen, Koscielny, Sagna; Song, Arteta, Rosicky; Benayoun (Gervinho, 87), Walcott (Chamberlain, 81), Van Persie.
2 – Tottenham Hotspur: Friedel; Assou-Ekotto, Kaboul, King (Dawson, 81), Walker; Parker, Modric, Kranjcar (Van der Vaart, 46), Bale; Saha (Sandro, 46), Adebayor.
Goles: 0-1, m.4: Saha. 0-2, m.33: Adebayor (p.). 1-2, m.39: Sagna. 2-2, m.41: Van Persie. 3-2, m.50: Rosicky. 4-2, m.64: Walcott. 5-2, m.67: Walcott.
El Arsenal se reencontró con la mejor versión de sí mismo tras los sucesos de Sunderland y Milán en uno de los partidos de la temporada ante un Tottenham extrañamente reservón e incapaz. Arrancó con Benayoun de extremo zurdo y Rosicky de enganche, en lo que se suponía un intento por controlar la poderosa medular de los Spurs, conformada por Modric y Parker. Redknapp, por su parte, engañó a propios y extraños, colocando a Kranjcar en banda derecha y arriba, dos delanteros natos, Adebayor y Saha. Pese al carácter netamente ofensivo y atrevido de su once, el Tottenham se mostró siempre timorato, lejos de practicar ese fútbol al que el propi Alex Ferguson catalogó como el mejor de Inglaterra esta temporada.
 
Desde el principio, el dominio fue para el Arsenal, con su habitual juego asociativo. No pierden los «gunners», sin embargo, ese aire tan benjamín que les distingue, como se demostró nada más empezar el viejo derbi del norte de Londres. Transición y descarga rápida de Adebayor hacia Saha, emplazado en medio de un agujero negro entre Gibbs y Vermaelen, para abrir el marcador. Primer golpe directo al mentón. Desde su encuentro con Ibrahimovic, Vermaelen parece otro. Gibbs es el de siempre, por cierto.
 
No se rindió el Arsenal, muy ambicioso ayer, persistiendo en su ideología, esa que le ha hecho traspasar fronteras, a pesar de los obstáculos del camino. Mezclaba Arteta, capital en el partido, buscando referencias de tres cuartos para adelante. Ayudaban también las constantes internadas en campo contrario de Koscielny, rompiendo líneas de presión. Fruto de ello, llegaron las primeras ocasiones, especialmente en un cabezazo de Rosicky repelido por Friedel. Los de Redknapp esperaban guarnecidos atrás, buscando una contra en los pies de Bale que rematase el partido. De Parker y Modric, mucho más fajados en la presión que en otras ocasiones, no había demasiadas noticias, pero el croata acumula talento por quintales. Le bastó un segundo para mandar un pase en profundidad a Gareth Bale que era una carta de amor. El galés, ante la salida de Szczesny, saltó como una liebre en una actuación antológica por lo teatral. Adebayor anotó el penalti poco después de la media hora. Pintaban bastos para el Arsenal.
 
No se descompondrían los de Wenger y de la mano de un magistral Arteta, reemprendieron el impulso, con más brío si cabe. Van Persie la envió al poste y en el rechazo, Sagna de cabeza acortó distancias. El huracán «gunner» no cesó y apenas dos minutos después, en un magnífico reverso con rosca, Van Persie la clavó cerca del palo derecho de Friedel, descosiéndole alguna articulación. Al descanso, la reacción del Arsenal había sido formidable. La bravura e intensidad del partido era inenarrable.
 
El Tottenham hacía aguas por todos lados, de modo que Redknapp buscó anudar el centro del campo, introduciendo a Van der Vaart y Sandro, buscando control en lugar de vértigo. Nada más lejos de la realidad. Avisó Benayoun nada más reiniciarse el partido y certificó la remontada Rosicky, tras un excelente contragolpe, a pase de Sagna. Desmantelado su plan, Redknapp se quedó sin agua en la cantimplora, mientras que los de Islington comenzaron a dominar con mayor placidez, aguantando la posesión y anestesiando el encuentro, siempre con un dulce Arteta al timón, uno de los vencedores morales de la tarde, buscando huecos en la adelantada línea visitante.
 
Y en apenas cinco minutos, Walcott los encontró por dos veces. Primero, tras un contraataque conducido por Van Persie y después en un pase a la espalda de Kaboul servido por Song. El Tottenham pasaba a ser un juguete roto en manos de su eterno rival, cuya afición se divertía, llegando incluso a entonar olés en los eternos rondos de los «gunners». El cuadro visitante se quedó sin respuesta, más allá de algún disparo lejano.
 
Intentó Scott Parker echarse el equipo a la espalda, pero de manera infructuosa, llegando a ser expulsado por un pisotón a Vermaelen. El cuadro de Redknapp se vio en todo momento avasallado por la marea local, incapaz de ofrecer respuesta, engullidos Parker y Modric. Finalizó el partido y con él la racha negativa del Arsenal de la mejor manera posible: con un partidazo para recordar ante el rival más odiado. Fuera de la FA Cup y sentenciado en Italia, prosigue su carrera hacia la Champions League buscando un futuro mejor, recordando de paso que el fútbol nunca abandonó Islington. Como nunca lo hizo el orgullo «gunner», tal y como se vio esta tarde. El orgullo de un equipo grande, al fin y al cabo.
 

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Juan Antonio Parejo