Juan Antonio Parejo

Ramsey saca al Arsenal de dudas (4-1)

Una soberbia actuación del galés Aaron Ramsey sentenció la victoria de los Gunners. Hasta su aparición, los Canaries estuvieron cerca de un botín mayor. El Arsenal continúa líder pero en solitario gracias al empate del Liverpool en Newcastle.

 

Premier League

Arsenal 4
Norwich 1
Ficha técnica
4 – Arsenal: Szczesny; Gibbs, Mertesacker, Koscielny, Sagna; Flamini (Ramsey, 37), Arteta, Cazorla (Rosicky 58), Özil, Wilshere; Giroud (Bendtner, 77).
1 – Norwich: Ruddy; Olsson, Bassong, Martin, Turner; Tettey (Hoolahn, 77), Fer, Howson, Snodgrass, Pilkington (Redmond, 71); Hooper.
Goles: 1-0, m.17: Wilshere. 2-0, m.58: Özil. 2-1, m.70: Howson. 3-1, m.83: Ramsey. 4-1, m.87: Özil.
El ritmo del Arsenal es firme. Y cuando aparecen dudas en el camino, su nómina de genios es tal que le basta con destellos de sus figuras, que son muchas. Enfrente, un Norwich bien plantado y parapetado en la medular con Fer, Howson y Tettey, en previsión de la tormenta Gunner. El once alineado por Wenger habló por si solo: sustentados por Arteta y Flamini, en la línea de mediapuntas, se juntaron Wilshere, Cazorla y Özil, nada menos. Mucho para Howson, Tettey y Fer, incapaces de vislumbrar a Hooper hasta bien entrado el partido. Hacía tiempo que el Arsenal no respiraba un aire tan primaveral y desde el principio se enseñoreó del cuero y del encuentro. La movilidad de la tripleta de dieces era indetectable para el Norwich, incapaz de frenar el ímpetu local.
 
Pero no solo el trato del balón distingue al Arsenal, sino también su voracidad a la hora de intentar recuperarlo cerca del arco contrario. Así, los Canaries pedían a gritos oxígeno, conforme los londinenses avanzaban y avanzaban. La primera tentativa llegó en los pies de Cazorla, tras un gran reverso. El gol no podía tardar y llegó tras una maravillosa combinación entre Özil y Giroud, quien asistió de manera formidable a Wilshere para fusilar a Ruddy. La afición gunner se relamía ante lo visto. En medio de tanta acumulación de talento, el gris Flamini se encargaba de sostener el edificio. Un encontronazo con Tettey lo llevó lesionado al banco y al punto los cañoneros, sin sostén, se deshilacharon. Por el francés compareció Ramsey, conocedor de otros códigos, lejanos del repliegue y la cobertura. Por ahí se fueron colando los de Hughton, aunque poco antes hubieron de ser salvados por una gran mano de Ruddy a Giroud cuando ya se cantaba gol. Con el Norwich encima y Szczesny interviniendo frente a Fer, el Arsenal imploró por el descanso.
 
Tras la reanudación, sin medios diestros al quite, los londinenses se rompieron, convirtiendo el partido en un trepidante ida y vuelta donde Fer reclamaba protagonismo. Desde los laterales, Martin, desgastando a Cazorla, y Olsson desnudaban grietas en el entramado de Wenger. El propio Martin rondó el empate a la salida de un córner. Pero el Arsenal quien volvió a golpear. Desprovisto de organización, reinó en el caos gracias a sus genios. Interceptó Koscielny, siempre crucial, condujo la consiguiente contra Cazorla y Giroud y Özil se intercambiaron los papeles. Centró el francés y cabeceó a gol el alemán. Segunda asistencia de Giroud, que viene a plasmar su gran papel en este Arsenal.
 
Sin embargo, los visitantes no dijeron su última palabra, acreedores de un mejor resultado. Centró Olsson y el mal despeje de Mertesacker lo aprovechó Howson para clavarla pegada al palo zurdo de Szczesny. Fue entonces cuando el Arsenal mostró de nuevo su mejor cara y evidentes signos de madurez, encaramado a un antológico Aaron Ramsey. Burbujeante, primero habilitó a Bendtner, que marró por poco. Apenas dos minutos después anotó maravillosamente tras dejar a Howson y a Bassong en el suelo en apenas cinco metros. Su exhibición no quedó ahí, sino que tuvo tiempo para regalar un gol a Mesut Özil tras centro de Rosicky. Entremedias, detalles técnicos inauditos aquí y allá que levantaron aplausos y a aficionados de sus asientos.
 
Pudo el Arsenal lograr algún gol más, pero el castigo hubiera sido excesivo ante un Norwich que no mereció ser goleado. Las individualidades pesan mucho en este Arsenal cuando el camino se le bloquea, de paso mucho más maduro y confiado en sí mismo. De momento, se gana el derecho a presentar candidatura por la Premier League, algo impensable hace meses. De paso, los Gunners redescubren a dos enormes futbolistas que parecían escondidos: Olivier Giroud y especialmente ayer, Aaron Ramsey. Los motivos para sonreír y soñar en Highbury-Islington están más que justificados.
 

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Juan Antonio Parejo