Garde, primer capitán extranjero de la historia del Arsenal (por delante de Patrick Vieira, que fichó el mismo día que él), siempre fue considerado como el hombre capaz de dar el relevo a Arsène Wenger en el banquillo de los Gunners. Las continuas comparaciones con el entrenador que le nombró capitán del club y en su día lo definió como «un jugador ascendente y con una gran capacidad de liderazgo» abrieron la puerta a una transición que, de momento, no llegará.
Como jugador, Garde no vivió el momento de esplendor del Lyon. Sobre el césped, siempre fue un jugador cumplidor y leal pero no destacó ni por su técnica ni por su velocidad. Fue un trabajdor que con el Lyon disputó más temporadas en segunda que en primera, antes de la llegada de Jean-Michel Aulas.
Tras la llegada de Aulas, el Olympique Lyonnais pasó de ser un equipo del montón a ser temido por el propio Real Madrid en la máxima competición continental. Ganó siete campeonatos de liga consecutivos e inició la mayor hegemonía jamás vista en Francia hasta la fecha. Garde pudo vivir de primera mano los éxitos, ya que durante dos temporadas fue ayudante de Paul Le Guen, quien le dio al Lyon la primera Ligue 1 de su historia y de Gérard Houllier, al que le enviaba los informes de los equipos rivales en Europa y con el que también vivió desde el banquillo dos ligas y dos Trophées Des Champions (equivalentes a la Supercopa en Francia).
El técnico, que rechazaría el banquillo del Olympique Lyonnais en 2007 por estar falto de experiencia, se dedicó a formar a los jóvenes de la cantera del Lyon. En esta etapa, se encandilaría de varios a los que en un futuro no tan lejano les haria jugadores clave de la escuadra del Ródano: Alexandre Lacazette, Samuel Umtiti, Maxime Gonalons o Clément Grenier son algunos de los muchos jóvenes a los que probaría Garde en su etapa como primer entrenador del Lyon.

En la que sería la primera Ligue 1 del Montpellier en 2012, el Lyon tuvo un inicio de temporada turbio. Garde, criticado por variar constantemente de sistema, se erigió como un técnico algo defensivo. Gonalons y Fofana fueron los ocupantes habituales del doble pivote y el equipo, que intentaba practicar un fútbol de posesión, no encontró regularidad en ninguna fase de la temporada. Pero, sin duda, Garde vivió su momento más crítico de la temporada en Champions League. El equipo se había clasificado de milagro tras un polémico 1-7 en Zagreb y en octavos quedó emparejado con el Apoel chipriota, a priori el rival más asequible para los de Garde. El Lyon no sólo no pasó a la siguiente ronda sino que en la vuelta en Chipre rozó el ridículo y terminó eliminado en los penaltis. Garde salvó la temporada tras ganar la Coupe de France en el mes de abril ante el Quévilly de tercera francesa.
El verano 2012-2013 no fue positivo para Garde en cuanto a fichajes se refiere. El técnico tomó varias decisiones controvertidas que no sentaron bien en la dirección deportiva. Garde dejó marchar a Kolodziejczak, Jéremy Pied (ambos al Niza, siendo sustituidos por Monzón, que apenas disputó minutos con el equipo), Kim Källström, pieza clave del equipo, o Ederson, que había llegado como el sustituto de Juninho años antes por diez millones de euros. A ellos se les unieron Michel Bastos y Cris, piezas angulares del equipo y que el club no supo suplir.
Al perder a dos extremos puros, Garde varió su sistema en su segundo año en Lyon. Pasó a jugar con un rombo en Europa League que trasladó luego a la Ligue 1. El experimento le salió bien. El cambio de posición de Lacazette benefició a Grénier que, tras la marcha de Lisandro, asumió unos galones impropios de un canterano. Ese binomio Gourcuff-Grénier fue de lo mejor del Lyon y, unido a la explosión de Samuel Umtiti en defensa, provocaron que el Lyon terminara la temporada en puestos de previa de Champions League. En Europa League, el Lyon cayó ante el Tottenham en una eliminatoria en que Garde fue criticado por su escasa ambición en la vuelta.
Garde volvería a sufrir en primera persona las desbandadas de Jean-Michel Aulas en la secretaría técnica del Lyon. Uno de los grandes errores del club fue el de perder a Gomis a pocos días de disputar la previa de la Champions League ante la Real Sociedad. Lisandro López también se había ido y el equipo afrontaría la eliminatoria con un único delantero. Las bajas también provocaron que el medio centro Fofana tuviera que disputar la eliminatoria como central. Carlos Vela y Antoine Griezmann le dieron en Gerland la noche al francés, y dejaron la eliminatoria sentenciada y al Lyon sin Champions League. Tras un inicio de temporada flojo, Garde volvió a apoyarse en sus canteranos para que le sacaran de la cueva.
Aunque no se tradujera en resultados, la temporada 2012/2013, la última de Rémi Garde como técnico del Olympique Lypnnais, fue la mejor en cuanto a sensaciones. Su cambio de sistema, de un 4-3-3 a un 4-3-1-2 en rombo fue un éxito, al que sumó la irrupción de canteranos inéditos como Ferri y Tolisso, que se unieron al gran nivel de Grénier y de Lacazette, que explotó en la posición de nueve que Garde le asignó definitivamente en dicha temporada. Ese rombo fue un alivio para el Lyon, que tutearía a la Juventus en la Europa League en cuartos (a pesar de quedar eliminado) y no podría con el PSG en la final de la Coupe de la Ligue, en quizás otra vuelta a las tuercas de Garde al salir con un once extremadamente defensivo. Tras un inicio nefasto, el Lyon terminó quinto, pero de una vez por todas con una identidad propia de la mano de Garde.
Casualidades o no, con el mismo sistema que Garde implantó en el Lyon, Hubert Fournier, su sucesor, estuvo a punto de ganar la Ligue 1, plantando cara al PSG. Garde, que dejó Lyon por temas familiares, se retiró del fútbol por una temporada, hasta que el Aston Villa ha llamado a su puerta. No es un contexto favorable pero el equipo de Birmingham tiene jugadores que ya conoce el técnico de su etapa en Francia. Son los casos de Jordan Ayew, Jordan Veretout, Gana Gueye o Jordan Amavi, un lateral joven muy del gusto del nacido en L’Arblesle hace 49 años.
Será complicado para el Aston Villa exigirle a Garde resultados desde el primer instante. Es un entrenador que varía de sistema con asiduidad hasta encontrar el idóneo. Se trata de un técnico excéntrico (característica que comparte con su predecesor en el cargo), obsesivo con los sistemas de juego y que siente predilección por los jóvenes. Garde se antoja como el técnico propicio para sacar al Villa de la mediocridad en la que se halla sumido dese hace años. Pero para eso necesitará tiempo. Y ese es un recurso escaso en Villa Park.