Empezó fuerte el United, aprovechando posiblemente la inercia generada por la remontada ante el Olympiakos que parece haber cambiado los aires que se respiran en Manchester. En el minuto 2 ya pudo adelantar a los suyos Marouane Fellaini con un cabezazo a bocajarro que fue despejado bajo palos por la defensa local. Solo seis minutos más tarde sería Wayne Rooney el que sí desequilibraría el marcador y con un golazo de leyenda. En una disputa aérea con James Tomkins, el canterano del Everton salió vencedor y desde el centro del campo conectó una volea que pilló por sorpresa a Adrián. Un gol para la historia que nos transportó atrás en el tiempo hasta el mítico gol de David Beckham ante el Wimbledon de hace una década.

 

El gol espoleó al West Ham, que jugó sus mejores minutos tras la acción de Rooney. En el minuto 15, Andy Carroll pudo poner las tablas en el marcador, pero su cabezazo no fue limpio. Y solo unos segundos después, una internada de Stewart Downing encontraba a Carroll, siendo su testarazo atajado por David De Gea.

 

El achuchón de los Hammers se calmó y el Manchester United volvió a gozar de ocasiones de gol, como la que dispuso Shinji Kagawa tras un fugaz contragolpe. Adrián desbarató la ofensiva. Cinco minutos después, el que ponía en apuros al guardameta andaluz era Juan Mata con un chut libre de marca desde dentro del área. El final de la orgía de ocasiones de los Red Devils la culminó Rooney con un gol en un contraataque ejecutado a la perfección tras un despeje defectuoso de Mark Noble. Reclamaban los Hammers un penalti sobre Kevin Nolan en el inicio de la jugada, pero no se apreció acción punible alguna.

 

Si el 0-2 narcotizó el final de la primera parte, directamente mató la segunda. El West Ham entregó la toalla y el Manchester United se apoderó del balón por completo pero sin apenas cercar el área del equipo londinense. Solo una tempranera intentona de Downing puso en aprietos a los de David Moyes. La única oportunidad de verdadero peligro para el United ni siquiera acabó con un disparo, ya que la fenomenal contra guiada por Welbeck habilitó en el área a Kagawa, pero su centro fue horrible y no encontró a Chicharito Hernández en el área pequeña y libre de marca para poner el tercero en el luminoso.

 

El resultado estrecha el cerco entre el equipo de Moyes y sus principales perseguidos (Tottenham y Everton), mientras que el West Ham cae por segunda jornada consecutiva y empieza a acercarse de nuevo a la zona roja.