El rugido generalizado con el que los aficionados locales recibieron el pitido final significó otro pequeño paso para el Norwich y otro gran revés para el Chelsea. Los de André Villas-Boas dejaron escapar una nueva oportunidad para acercarse a la zona Champions, considerando que este domingo los cuatro equipos que le preceden en la tabla juegan entre sí. El Chelsea tuvo suficiente posesión y ocasiones para decantar la balanza pero una vez más falló en el remate.

 

La intensidad del partido se puede resumir en un dato: no hubo ni una sola falta en la primera parte. El Chelsea careció una vez más de la creatividad necesaria para derrotar a un trabajador Norwich, que llegó incluso a acercarse al área rival con cierto peligro por mediación de la pareja atacante, formada por Grant Holt y Steve Morison. En los primeros compases, Holt recogió un pase entre líneas de Morison que sorprendió a David Luiz pero disparó fuera.

 

Poco después, Fernando Torres fue el protagonista pero desperdició su ocasión. «Por suerte tenemos a Grant Holt» cantaban los aficionados del Norwich en honor al héroe local, cuyo precio es 125 veces inferior al que costó Torres al Chelsea.

 

El español casi marca acto seguido. Se adentró en zona de tres cuartos y disparó a puerta con el exterior de la bota. John Ruddy se estiró para impedir el gol.

 

Justo antes de la hora de juego, Torres tuvo otra buena ocasión, de aquellas que solía marcar con el Liverpool. Controló el centro de José Bosingwa, se acomodó en la esquina del área pero su disparo se fue fuera. Una vez más.

 

El Chelsea apretó en los instantes finales, monopolizando la posesión del balón. Juan Mata puso a prueba a Ruddy en un par de ocasiones, y los centrocampistas adelantaron su posicion para probar fortuna. Primero, Raul Meireles envió un disparo por encima del larguero. Luego fue Ramires quién lo intentó pero Ruddy resultó un muro infranqueable para el Chelsea este sábado. Más de uno debió acordarse de Drogba, con Costa de Marfil en la Copa de África. El primero de ellos, Roman Abramovich, que debe estar preparando su chequera para traer a algún refuerzo atacante antes de que acabe el mes.