Los partidos esta temporada del Southampton han sido bastante esclarecedores respecto a su estado de forma y posición en la tabla. Un inicio fulgurante en verano, un sólido equipo en otoño y un improductivo plantel desde el inicio de 2015.

 

El partido frente al Crystal Palace no fue una excepción. Escasa producción de fútbol y fortuna en una acción aislada para romper las tablas en el marcador. Y evitar así de paso la peor marca de la historia del club sin marcar en Premier League. El último gol databa del día de Año Nuevo frente al Arsenal. Casi nada.

 

Graziano Pelle es, sin duda, uno de los principales responsables de la significativa carencia de los Saints. Pero también lo son Dusan Tadic, Saido Mané o Eljero Elia. Ninguno de ellos tiene continuidad permanente en el juego de los de Ronald Koeman. El equipo de St.Mary´s conserva la seguridad defensiva. Sigue siendo el equipo menos goleado de la competición. Con el buen rendimiento de Jose Fonte y Maya Yoshida. O el del ayer suplente Toby Alderweireld. La creación del fútbol tampoco es escasa con Morgan Schneiderlin y Victor Wanyama.

 

Los verdaderos problemas llegan a la hora de proporcionar y materializar las ocasiones en el apartado atacante. Los 39 goles en 28 partidos no parecen ser el promedio adecuado para que los Saints puedan competir realmente por una competición europea. Y el calendario tampoco es excesivamente propicio. Visitas venideras a Stamford Bridge, Stoke-On-Trent y Stadium of Light.

 

En cambio el Palace sí proporcionó buenas sensaciones. Dio la sensación de ser un equipo bien trabajado, conocedor de sus limitaciones a la par que competitivo. Ordenado al extremo y privado de una creatividad anárquica. Pardew sabe de qué va el juego.

 

Los Eagles, plantearon el partido con un primer tiempo de ritmo lentísimo. Salida en combinaciones cortas y maniatando sin demasiadas complicaciones a los mediapuntas del Southampton. Tras el descanso, cambiaron el ritmo e inquietaron la portería de Frazer Foster con diversas tentativas de Jason Puncheon, Yannick Bolasie y Wilfred Zaha, golpeando incluso el poste con el disparo del último.

 

El partido dejó poco a destacar. Los cambios de Koeman dieron relativo resultado. El balón parado de Tadic, la habilidad de James Ward-Prouse y la presencia de Shane Long. En un desborde con posterior disparo del mediapunta inglés, surgió el rechazo de Julian Speroni que definió con sutileza Mané para dejar los puntos en el coliseo de los Saints.

 

De cualquier modo, el encuentro fue revelador. A los más románticos, les aclaró que el Southampton no sería uno de los equipos ingleses que representarían a la Premier en Europa. A los más pragmáticos, que el fútbol bien estructurado de los Eagles, muchas veces no será suficiente para competir con los de más arriba. No hubo para más.