El Manchester City anotó 60 goles en la pasada Premier League, 18 menos que el Manchester United, 12 menos que el Arsenal y 9 menos que el Chelsea. Este déficit ofensivo podría verse empeorado si Carlos Tévez cumple su deseo de marcharse de Manchester. ¿Será Agüero la solución para equipararse ofensivamente a sus grandes rivales por la Premier League?
Roberto Mancini ya ha fichado a su séptimo delantero desde que llegó a Manchester, pues no ha tiene suficiente con Craig Bellamy, Roque Santa Cruz, Emmanuel Adebayor, Carlos Tévez, Mario Balotelli y Edin Dzeko. De momento, salvo Tévez, ninguno ha dado un buen rendimiento y, para colmo, el único que lo ha dado quiere salir del equipo. ¿A la séptima irá la vencida?
Lo cierto es que parece que esta vez el Manchester City sí ha acertado. Ya en sus inicios, Agüero arrebató el récord de jugador más joven en debutar en la liga argentina a su actual suegro, Diego Armando Maradona, cuando con tan solo 15 años recién cumplidos se estrenó con Independiente. Este hecho anunciaba algo ya una prometedora carrera futbolística.
El primero con el que va a ser comparado Agüero es con su compatriota Carlos Tévez. Pese a que el «apache» anotó 20 goles la pasada temporada y se llevó el título de máximo goleador de la Premier, las cifras goleadoras de ambos son parecidas, pues en las últimas cuatro temporadas Tévez anotó 62 goles ligueros por 68 de Agüero. Pero esto no se trata de números, se trata de fútbol: ¿qué aportará el «Kun» al Manchester City?
Como referencia en la punta de ataque, Agüero luce una imparable arrancada, un regate en corto que Javier Mascherano ha definido «de 10 sobre 10», y su aterradora definición de cara a puerta. Por todo ello, además de tener una figura parecida, muchos han comparado a Agüero con Romario. Sin embargo, Agüero es mucho más que un extraordinario delantero centro.
«Kun», a diferencia de Romario, vive los 90 minutos dentro del partido. Presiona y ayuda a sus compañeros en labores defensivas todo lo que puede, y, ofensivamente, no solo se luce individualmente. Es capaz de leer el juego a la perfección, tirando inteligentes desmarques con el fin de arrastrar a los defensores para dejar libre a algún compañero. En cuanto a la creación del juego, es capaz de participar activamente en ella, pues no solo es un buen pasador y asistente, sino que tiene una gran visión de juego.
Además de lo que pueda aportar como jugador, el fichaje de Agüero implica muchas más cosas. Por un lado, es de aquellos jugadores que habla más dentro del campo que fuera, algo muy valorado por los clubes. Por otro, su llegada a Manchester podría motivar que Tévez se volviera a pensar si la mejor solución es marcharse de un equipo que ahora aspirará a todo. La dupla Tévez-Agüero podría ser imparable. Son dos jugadores que se podrían complementar a la perfección. Tévez actuaría como segundo delantero por detrás de Agüero, una combinación que podría hacer temblar incluso a sus máximos rivales y vecinos, el Manchester United.
Cambiando de punto de vista, con el fichaje de Agüero no solo ha acertado el Manchester City, sino que también lo ha hecho el propio Agüero. El Atlético de Madrid se quedó pequeño para un jugador como Agüero, joven y con calidad de sobra para recalar en un equipo que aspire a la Champions League. La decisión de recalar en el City parece la más lógica para un Agüero que quiere ser titular indiscutible y jugar la Champions League, por lo que recalar en el Real Madrid, equipo que ya tiene tres delanteros de nivel mundial (Ronaldo, Benzema, Higuaín), o en la Juventus, equipo que no jugará la próxima Champions League, habría sido un error.
El tipo de juego practicado en Inglaterra es ideal para el «Kun», pues los equipos ingleses imprimen un ritmo alto a los partidos y dejan muchos espacios, algo que puede resultar desembocar en una avalancha de goles para el rapidísimo Agüero.
El único interrogante se cierne sobre la figura de Mancini. Con todos los millones que ha invertido y la gran cantidad de fichajes que ha hecho hasta ahora, tan solo ha conseguido una FA Cup y un equipo que defiende bien pero que no ha sabido atacar, tal y como demuestran los números.
