Juan Antonio Parejo

Show para cerrar el año en el Emirates (7-3)

Espectacular goleada del Arsenal tras una segunda mitad sin tregua. Un Newcastle valiente, pero lastrado por sus bajas y su esperpéntica defensa, se lleva once goles en dos partidos. Hat-trick de un espectacular Walcott, secundado por Podolski y Giroud, autor de otros dos.

 

Premier League

Arsenal 7
Newcastle 3
Ficha técnica
7 – Arsenal: Szczesny; Gibbs, Vermaelen, Koscielny, Sagna; Arteta, Wilshere, Cazorla (Coquelin, 85); Podolski (Ramsey, 82), Walcott, Chamberlain (Giroud, 74).
3 – Newcastle: Krul; Simspon (Ferguson, 82), Coloccini, Perch, Santon; Tioté, Bigirimana (Ameobi, 82), Marveaux (Tavernier, 88); Obertan, Demba Ba, Papiss Cissé).
Goles: 1-0, m.20: Walcott. 1-1, m.43: Demba Ba. 2-1, m.50: Chamberlain. 2-2, m.58: Marveaux. 3-2, m.64: Podolski. 3-3, m.69: Demba Ba. 4-3, m.72: Walcott. 5-3, m.85: Giroud. 6-3, m.87: Giroud. 7-3, m.90: Walcott.
Goleada de escándalo tras una segunda parte de locos para cerrar el año en el Emirates, con dos equipos que mostraron en el aspecto defensivo lo peor de su repertorio, especialmente en el caso del Newcastle. La única novedad local fue Koscielny, en detrimento de Mertesacker, enfermo, juntando de nuevo a Podolski y Chamberlain en torno a Theo Walcott, de ariete. El atasco en la enfermería de las “urracas” obligó a Pardew a improvisar sobre la marcha, introduciendo a Marveaux y a Bigirimana como principales novedades en el once. Entre las bajas, hombres tan importantes como Cabaye, Ben Arfa o Jonás.
 
El Newcastle salió valiente y agresivo, presionando desde la salida de sus centrales al Arsenal y robándole el dominio de la pelota, inquietando en ocasiones a Szczesny, pero sin más peligro que un cabezazo alto de Demba Bá en un saque de esquina. El plan de Pardew era claro, encimar al Arsenal en su propio campo hasta asfixiarle para hacerle acumular pérdidas de balón y con un Cazorla obligado a recibir muy atrás. Claro que esta hoja de ruta exige atención y cuidado máximo. Apenas veinte minutos transcurrieron para que se resquebrajase. Recibió Podolski en la medular, Simpson le regaló dos segundos para otear el desmarque de Walcott y Santon se olvidó de achicar el fuera de juego. Walcott y espacios son sinónimos de gol. Casi sin hacer méritos, el Arsenal se adelantó.
 
Pese al gol, los Gunners no se despertaron y las urracas persistían, aunque sin Cabaye ni Ben Arfa, el timoneo del juego visitante se hacía difícil. Marveaux contribuyó a hacer más llevadera la ausencia de Ben Arfa, pero el joven y entusiasta a partes iguales Bigirimana no fue capaz de ofrecer ninguna respuesta útil, mientras que Obertan parecía perdido en el extremo izquierdo, hasta entonces bien atado por Sagna. Propuso pero no dispuso el Newcastle, que incluso vio como Krul salvaba el segundo gol de Walcott, pero un atropello de Sagna a Obertan al filo del descanso proporcionó una falta ideal para Demba Ba. El lanzamiento, tras rebotar en la cabeza de Wilshere, fue a parar a las mallas de Szczesny.
 
Tras el descanso, el Arsenal se abrochó la chaqueta y fue directo a por su rival, apretando líneas y desplegándose en torno a Arteta. Las primeras ocasiones no tardaron en llegar, como en las botas de Gibbs, aunque fue en un saque de banda regalado por un nefasto Simpson cuando el balón le llegó a Chamberlain, asistido por Cazorla. Su derechazo resultó inapelable para el arquero blanquinegro. El segundo gol del Arsenal fue el momento en el que ambos decidieron coger el machete e ir a por la yugular del rival, olvidándose de cerrar bien. El vértigo y la sucesión de situaciones claras estaban a punto de llegar.
 
La alegría duró poco en la parroquia londinense. El balón llegó a los pies de Obertan, Sagna se pasó de frenada y el centro raso del ex de los Red Devils lo culminó a puerta vacía Marveaux, quien remató como si pasara por casualidad pasara por allí. Por su parte, a Tim Krul se le amontonó el trabajo, como en un peligroso disparo de Cazorla y en medio de tantas idas y venidas, Jack Wilshere robó el balón en la medular, se asoció con Podolski, se adentró en el área tras jugada personal y su delicioso centro, tras una serie de rebotes, lo remachó el germano, autor de un gran partido, en boca de gol. ¿Jaque mate?
 
Nada más lejos, porque Gibbs decidió convertir un extraordinario pase de Marveaux con su exterior en mortal, olvidándose de Demba Ba, que esperaba en el segundo palo su segunda cita con el gol. A falta de veinte minutos y como si quisiera resarcirse, el lateral zurdo gunner recibió de Walcott y profundizó en el área del Newcastle. Su centro raso, tras pasar por los pies de Podolski, llegó a los de Walcott quien se hizo un lío con el balón. Pero al punto supo como salir de él y la envió a la escuadra. El cuarto gol fue un golpe directo al estómago del Newcastle, quien tras tanto nadar murió en la orilla. Sus laterales, horribles, cerraban mal y no recibieron más ayudas de sus extremos, mientras que Tioté no daba abasto para el caudal de juego desbordado por Wilshere y Arteta y por los costados Gunners. Cualquier balón que pasara de la medular suponía una ocasión clara. Cualquier silbido de bala, una declaración de guerra. Una guerra limpia, sin patadas ni faltas ni malicia ninguna. Un enorme caos táctico, una orgía de goles a disfrutar por el espectador.
 
Una guerra que parecía perdida para los norteños cuando Giroud entró por Chamberlain. El primer balón que tocó el francés, por supuesto con su testa, a centro de Walcott, supuso el quinto gol y la certificación de defunción del Newcastle. Apenas dos minutos después, el mismo Giroud de fuerte derechazo y dentro del área se la colaba a Krul para hacer el sexto. Hubo tiempo incluso para un séptimo gol, el del hat-trick para Walcott, como guinda a su magnífica actuación, quien a lo Messi regateó a tres rivales desde la esquina izquierda y se la levantó a un desquiciado e impotente Tim Krul.
 
Con un disparo al palo de Giroud, el partido y la locura terminaron. Goleada estrambótica que sigue aupando al Arsenal hacia la Champions League, pese a su partido pendiente contra el West Ham, y que le hace cerrar 2012 con una amplia sonrisa, a la espera de un difícil 2013. Para el Newcastle, las malas noticias se suceden. Tras la ristra de bajas y los cuatro goles encajados en Old Trafford, los siete de esta tarde le acercan de manera inquietante a las zonas calientes de la tabla. Cruel premio para tanta valentía.
 

Sobre el autor

Juan Antonio Parejo