Juan Antonio Parejo

Skrtel se deja la puerta abierta (2-2)

Empate del City en Anfield, casi siempre a cuestas. Versión muy mejorada de los de Rodgers, que merecieron ampliamente la victoria. Martin Skrtel regaló la igualada a Tévez tras un grave error.

 

Premier League

Liverpool 2
Manchester City 2
Ficha técnica
2 – Liverpool: Reina; Kelly, Skrtel, Coates, Glen Johnson; Lucas (Shelvey, 3), Allen, Gerrard; Borini (Carroll, 84), Sterling, Suárez.
2 – Manchester City: Hart; Kolo Touré, Kompany, Zabaleta; Kolarov, De Jong, Yaya Touré, Nasri (Rodwell, 59), Milner (Silva, 75´); Balotelli (Dzeko, 61), Tévez.
Goles: 1-0, m.33: Skrtel. 1-1, m.63: Yayá Touré. 2-1, m.69: Luis Suárez. 2-2, m.80: Tévez.
El Manchester City vino a rascar un empate el día que no mereció sino perder de manera clara ante un Liverpool manifiestamente superior, que venía de pegársela en The Hawthorns y con las ideas claras, aunque aún de verdes retoños, como atestigua la infantil pifia de Skrtel. Sorprendió a propios y extraños Mancini, alineando una defensa de tres con Kolo Touré, Kompany y Zabaleta y dos carrileros largos, Kolarov y Milner, sentando de paso a David Silva, quizá buscando una mayor profundidad por bandas, probablemente uno de los mayores lastres del equipo, con Balotelli y Tévez arriba y Nasri de enganche. Rodgers mantuvo su esquema 4-3-3, con tres puntas muy móviles Borini, Luis Suárez y joven y no menos sorprendente Sterling en banda izquierda.
 
Con la lesión de Leiva y un ritmo bastante acelerado comenzó el partido, con continuas idas y venidas donde los citizen se saben superiores merced a su puño de acero en el área rival y muy cerca anduvo Tévez de inaugurar el marcador, enviando el esférico al palo tras regatear a Reina. Metrónomos como Joe Allen necesitan que la marea baje para llevar el tiempo del partido y conforme las pulsaciones se fueron relajando, el ex del Swansea comenzó a llevar los hilos y a sepultar a Touré Yayá. El Liverpool comenzaba a arrinconar a un Manchester City al que solo la movilidad insistente de Tévez y las subidas, aunque ineficaces, por banda de Kolarov le brindaba la oportunidad de acercarse al arco de Pepe Reina. Exiliados Nasri en la zona del 10 y Touré en la del 5, el City no enhebraba la aguja.
 
El gol tardó poco más de media hora en llegar. Steven Gerrard botó un córner y Martin Skrtel se llevó todo por delante, balón incluido. El tanto del central eslovaco hacía justicia a unos reds muy superiores, encabezados por Luis Suárez y por Joe Allen. El centrocampista galés, fino y sin barroquismos, tiene la virtud de ofrecer siempre la respuesta correcta a cualquier problema que se le presente.
 
Tras el descanso, Mancini movió sus piezas, retirando a Nasri por Rodwell y adelantando a Touré, consciente de que el africano a las bravas puede ganar cualquier partido. Y así fue. Los de Manchester comenzaron a circular mucho más cerca de tres cuartos de canchas gracias al empuje de Touré, quien tras centro de Tévez y pobre salida de Reina, empató el partido, que parecía inclinarse para el City.
 
Nada más lejos de la realidad. Apenas cuatro minutos después, Luis Suárez se sacaba de la mano un antológico lanzamiento de falta y por fuera puso el balón en la misma base del poste izquierdo de Joe Hart. El Manchester City acusó el gol y al punto se resquebrajó. Desabrochadas por completo sus líneas, el encuentro parecía listo para que los reds procedieran con el descabello gracias a los espacios que ofrecían los visitantes. Brendan Rodgers le ha cambiado por completo la cara al equipo, que parece haber asimilado sus ideas. Su aire primaveral no disimula cierta bisoñez, tal y como demostró todo un mastín como Skrtel, quien cedió el balón a su portero sin perder medio segundo de su tiempo en comprobar si había rivales cerca. Reina nunca atajó un mano a mano y el de Carlos Tévez ayer no sería una excepción. Muy diestro con los pies, resulta curioso lo tremendamente ineficaz que resulta el meta madrileño cuando es encarado. Empate a dos, resultado cruel para el Liverpool.
 
Casi a la desesperada intentaron ganar el partido los reds, ya con Carroll en el césped, pero serían los de Mancini los que anduvieron más cerca de llevarse el botín de los tres puntos en los pies de Dzeko, quien para no variar, la envió al limbo en la frontal del área pequeña. Empate inmerecido para el Manchester City, dominado por un Liverpool que parece haber naturalizado las ideas y el fútbol que impone Brendan Rodgers. Tropezones como el de ayer no deberían impedir a los seguidores del Liverpool ver el florido paisaje que se les presenta, más aún contando con la llegada de Nuri Sahin.
 

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Juan Antonio Parejo