West Ham y Fulham comparecían en Upton Park sumidos en la incertidumbre y con sus técnicos entre los favoritos de las casas de apuestas para ser el próximo despedido de la Premier League. Y a tenor del resultado, Martin Jol puede tener los días contados en el banquillo de los Cottagers.

 

El inicio del encuentro estuvo igualado, con muchos parones y con el West Ham intentando llevar la iniciativa. La primera ocasión de peligro corrió a cargo de los Hammers, cuando una falta botada por Stewart Downing desde el perfil derecho se estrelló en el palo tras un potente testarazo de Modibo Maiga.

 

El Fulham no conseguía hacerse con la pelota, pero eso no hacía que el West Ham se encontrara cómodo sobre el césped de Boleyn Ground, ya que pese a tener la posesión, no terminaba de concretar. Una de las pocas oportunidades de las que dispusieron los de Sam Allardyce vino de la mano de Kevin Nolan, que con un disparo lejano obligó a Marteen Stekelemburg a desviar el esférico.

 

De ahí al final, poco más, tan solo una contra de los locales en el descuento, en la que Matt Jarvis sirvió con suavidad a Kevin Nolan pero este no conseguía disparar con potencia.

 

El inicio de la segunda mitad no pudo ser mejor para el West Ham, ya que dos minutos después del pitido inicial, Momo Diamé recuperó una pelota en el centro del campo, avanzó con potente zancada y su disparo desde la frontal se lo tragó Stekelemburg.

 

Tras el gol, el Fulham intentó apretar más arriba y tomar el control del cuero, pero el West Ham se sentía muy a gusto en esa situación y poco a poco, volvió a retomar el dominio. De hecho, la ocasión más clara hasta ese momento fue para los Hammers, cuando un potente chut de Modibo Maïga provocó la intervención de Stekelemburg con una magnífica estirada. El rechazo cayó a Downing, pero su disparo se marchó por encima del larguero.

 

Poco después, los Claret & Blue tendrían dos ocasiones muy claras para sentenciar. La primera tras un córner en el que el remate de James Tomkins cruzó un mar de piernas pero salió rozando el palo. La segunda, gracias a una galopada por la derecha de Diamé, que colgó el esférico pero el cabezazo de Jarvis fue atajado por el portero del Fulham.

 

El equipo de Martin Jol estaba en la UCI y casi sin constantes vitales, y solo un tiro muy lejano de Patjim Kasami inquietó a Jussi Jaaskelainen en el minuto 68. Solo un minuto tardaría en llegar la réplica del West Ham, esta vez por cortesía de Downing. Su centro se envenenó y fue el palo el que evitó el segundo tanto de su equipo.

 

En la recta final del partido, el West Ham sentenciaría el encuentro. En el minuto 81, tuvo una oportunidad clarísima para hacerlo, cuando tras un barullo en el área el balón acabó en Ravel Morrison que disparó fuera contra todo pronóstico. En la siguiente acción, un gran centro de Downing dejó solo al recién ingresado en el césped Carlton Cole para batir a Stekelemburg.

 

Y aún haría más sangre el West Ham, marcando el tercero en el minuto 89 Joe Cole gracias a la gentileza de un fenomenal Ravel Morrison que se internó por la derecha. En esas murió el partido, quedando el Fulham en una situación muy comprometida, sumido en el descenso y con su técnico en la picota.