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Vuelve la Champions a Inglaterra. Y con ella, el partido de la primera y parece que única forma de seguir en competición representando a la Premier League. Imposible empresa para Manchester City y Arsenal a priori. Y el Chelsea no lo tendrá nada fácil. Aviso.
El partido de ida fue muy revelador. Se confirmó que, en ritmo de partido lento, en el fango, se mueven mejor los de José Mourinho. Un ritmo elevado donde las ocasiones se suceden, es el contexto que favorece al París Saint-Germain. La amalgama de características del mediocampo del PSG permite una elasticidad táctica descomunal basada en el trío Marco Verratti, Tiago Motta y Blaise Matuidi. Secundados por Yohan Cabaye, duda hasta última hora por problemas en el cuádriceps.
El Chelsea no pasa por el mejor momento de su temporada. Diego Costa parece haber perdido el instinto depredador de los primeros meses del curso, Eden Hazard sigue sin ser decisivo (más próximo a ser el nuevo Frank Ribery que el nuevo Cristiano Ronaldo), y Cesc Fábregas ha dejado de tener el peso que tuvo en el juego del Chelsea en otoño. Hay dudas. Además, en el partido del Parque de los Príncipes, no hubo fiabilidad en la defensa de Zlatan Ibrahimovic ni Edinson Cavani. Incluso estando el sueco en su modo perezoso e intermitente.Sin duda, el Chelsea llega con ventaja por la sapiencia táctica y experiencia labrada de Mourinho. Es un arma siempre esencial y a tener en cuenta. Pero no será nada fácil. La eliminatoria del año pasado quedó en el recuerdo y el Chelsea se clasificó a última hora gracias a un gol de Demba Ba. Y en el choque, los franceses tuvieron la baja del trascendental talentoso sueco en la punta del ataque. Imprescindible en sus esquemas.
El Chelsea es la principal arma de los ingleses para seguir en liza. Para continuar oyendo el himno de la Liga de Campeones, al menos, una eliminatoria más por sus tierras. En caso de pasar ronda, será la cuarta clasificación a cuartos de final en los últimos cinco años. Y la séptima en los últimos nueve. Aunque sí hay un dato que genera cierta incertidumbre. De las ocho eliminatorias que el Chelsea ha empezado empatando fuera de casa en los cruces de la Copa de Europa, ha caído en tres. Sin ir más lejos, el año pasado ante el Atlético de Madrid.
A pesar de la desventaja del partido de ida, los de Laurent Blanc tienen su opción. Es loable conseguir perforar el entramado defensivo del Chelsea. A pesar de la baja de Lucas Moura por una lesión en el aductor. La mayor pegada de su delantera y fiabilidad de los centrales para maniatar a Costa en la ida dejan un resquicio grande de esperanza.
Se podrán seguir contando demás historias ambientales sobre el devenir del partido. El tema del racismo en algunos aficionados del Chelsea, el episodio del metro de Paris o el precedente del año pasado. La única certeza es que dos candidatos al título se miden en Stamford Bridge, quizá demasiado pronto. Y sólo puede seguir uno. Partido por todo lo alto. Partido de Champions League.
