Cualquier aficionado de Chelsea, Tottenham o Arsenal debe pensar que Gianni Infantino es aficionado del West Ham o del Crystal Palace. Todos los equipos londinenses en liza cayeron en la cruz de la moneda. Ante rivales difíciles, demasiado complicados para rondas tan tempranas. Vamos por partes.
Para empezar, el Chelsea. Nuevamente frente al Paris Saint-Germain. Ambos tienen algo en común. Tienen resueltos sus papeles en liga. Los Blues, con un horroroso papel en Premier. Sin opción de luchar por la liga, ni siquiera por quedar entre los cuatro primeros. El equipo francés con la Ligue 1 resuelta. Dieciocho partidos, quince victorias, tres empates. Cuarenta y cinco goles a favor, nueve en contra. Poco más se puede añadir.
El PSG sigue fluyendo alrededor de Zlatan Ibrahimovic. Esta es, con total seguridad, la última oportunidad del fenómeno sueco para conseguir ganar la tan ansiada Champions League. Le escolta el mejor mediocampo del mundo en el equilibrio físico-técnico-táctico formado por Blaise Matuidi, Marco Verratti y Thiago Motta. El fránces tiene la capacidad de llegada sin dejar de ser un trabajador incansable, Verratti las dotes de organización sin obviar la labor defensiva y Motta el mando y la jerarquía sin ser un futbolista con malas habilidades con la pelota. Un trío fabuloso. Con Kevin Trapp, Laurent Blanc ha solventado las carencias en la portería de Salvatore Sirigu.
Además está Edinson Cavani. Con una gran capacidad goleadora. El desequilibrio de Ángel Di María. La pareja de centrales formada por los brasileños David Luiz y Thiago Silva, y los laterales de garantías Serge Aurier y Maxwell. Por si acaso, en el banquillo quedan Lucas Moura, Javier Pastore, Benjamin Stambouli, Marquinhos, Layvin Kurzawa, Ezequiel Lavezzi o Adrien Rabiot. Todo el trabajo de la fase de grupos, para acabar bailando con la más fea. Complicado enfrentamiento para el Chelsea.
Pero los Blues todavía conservan algunas ventajas. La plantilla del Chelsea, a pesar del espantoso año que está cuajando, sigue siendo formidable hombre por hombre. Y sigue teniendo a uno de los mejores entrenadores de la historia del fútbol, José Mourinho. Nada está perdido. Será una eliminatoria igualada, como ya sucedió las dos últimas temporadas. En 2013-14, el Chelsea cayó por 3-1 en París en la ida de cuartos de final pero, en la vuelta, los goles de André Schürrle y Demba Ba le permitieron acceder a semifinales gracias a la diferencia de goles. La temporada pasada, se reencontraron en octavos. Los ingleses empataron a uno en Francia pero en la vuelta empataron a dos y quedaron eliminados a pesar de la expulsión de Zlatan Ibrahimovic.
Más complicado si cabe lo tendrá el Arsenal. A pesar de la mejoría con Petr Cech en la portería, no será sencillo frenar al tridente formado por Leo Messi, Luis Suárez y Neymar. Otro de los interrogantes que rodean al Arsenal es el estado en el que llegará a febrero en términos de lesiones. Además de saber si Wenger es capaz de prolongar el estado de gracia en Mesut Özil y Olivier Giroud.
Sin duda, el equipo de Arsène Wenger parece estar más consolidado este año, con la mejora de ciertos jugadores a pesar de la ausencia de fichajes más allá del mencionado Cech. Sin embargo, una eliminatoria frente al Barcelona se antoja una montaña imposible de escalar para el euipo de Highbury & Islington, que deberá encontrar consuelo en el hecho de poder concentrarse en la Premier League.
El Manchester City fue el único de los equipos ingleses que salió bien parado del sorteo de octavos de la Liga de Campeones. Gianni Infantino, secretario general de la UEFA y candidato a la presidencia de la FIFA, se encargó de emparejar a los Sky Blues con el Dynamo de Kiev. Un equipo de oficio, pero con únicamente un jugador de élite, Andriy Yarmolenko. El resto del plantel dirigido por Sergey Rebrov conforma la columna vertebral de la selección ucraniana. Pero es un equipo de los más flojos de los dieciséis restantes en liza y que parará durante dos meses por el fin de su liga. No se pueden quejar los Citizens, que jugarán además el partido de ida en Kiev a puerta vacía tras la sanción impuesta por la UEFA por insultos racistas.
En la Europa League, resultados similares. Titánica eliminatoria entre Fiorentina y Tottenham. La squadra viola tiene grandes jugadores como Borja Valero, Gonzalo Rodríguez, Josip Ilicic, Jakub Blaszczykowski, Federico Bernardeschi o Nikola Kalinic, el Diego Costa de los humildes, que está haciendo un temporadón. Difícil emparejamiento para el cuadro de Mauricio Pocchetino ante el actual tercer clasificado de la Serie A, dirigido por un viejo conocido del fútbol inglés, Paulo Sousa. El portugués regresará a Inglaterra, donde entrenó a QPR, Swansea y Leicester.
El Liverpool jugará frente al Augsburgo, un modesto equipo alemán que completó la mejor temporada de su historia el curso pasado. Sus jugadores más destacados son Raul Bobadilla, Paul Verhaegh y Tim Matavz. Este año, sus prestaciones en la Bundesliga están siendo menores. Pululan por la parte baja de la tabla (13º) y son bien conocidos por Jürgen Klopp. No deberían representar un gran desafío para los Reds.
Por último, el Manchester United jugará con el FC Midtjylland, verdugo del Southampton en la fase previa de la Europa League. Su dueño es Matthew Benham, empresario inglés que hizo fortuna con las apuestas y el análisis estadístico, que también es propietario del Brentford. En ambos clubes ha aplicado un enfoque basado en los datos y su análisis para gestionar la faceta deportiva. El éxito de ambos clubes prueba la efectividad de su método.