Antonio Mateo

Torres y Mata conducen al Chelsea hacia semifinales

Dos goles de Fernando Torres y uno de Victor Moses encarrilan la eliminatoria para el Chelsea, que venció 3-1 en Stamford Bridge frente a un Rubin Kazan que generó poco peligro. Sólo un penalti convertido por Natcho deja la eliminatoria sin cerrar.

 

Europa League

Chelsea 3
Rubin Kazan 1
Ficha técnica
3 – Chelsea: Petr Cech, César Azpilicueta, John Terry, David Luiz, Ryan Bertrand, Frank Lampard, Ramires, Victor Moses (Eden Hazard, 65), Juan Mata (Oscar, 78), Yossi Benayoun (Marko Marin, 83), Fernando Torres.
1 – Rubin Kazan: Sergei Ryzhikov, Vitaliy Kaleshin, Roman Sharonov, César Navas, Cristian Ansaldi, Oleg Kuzmin (Alan Kasaev, 82), Roman Eremenko, Bebras Natcho, Pablo Orbaiz, Gökdeniz Karadeniz, Vladimir Dyadyun (Salomón Rondón, 45).
Goles: 1-0, m.16: Torres. 2-0, m.32: Moses. 2-1, m.41: Natcho. 3-1, m.70: Torres.
Los cuartos de final de la Europa League llegaron de sopetón para el Chelsea, sólo tres días después de su victoria ante el Manchester United en FA Cup y cinco tras su derrota liguera en Southampton. El equipo de Rafa Benítez, inmerso en tres competiciones completamente diferentes, aprovechó la inercia de haber ganado los últimos cuatro partidos en casa para hacerse valedor de una ventaja suficiente para la vuelta.
 
Para ello, el equipo fue una mezcla de los “titulares” y “suplentes” que se alternaron el pasado fin de semana, forzados también por las lesiones. Oscar y Hazard no figuraron en el once inicial, pero bastó un Juan Mata inspirado para llevar la batuta del juego de ataque local. Tanto da que sea juego asociativo o un intento individual: Mata es, hoy por hoy, el motor del Chelsea, y las estadísticas de victorias y derrotas con él y sin él así lo demuestran.
 
Fue David Luiz, no obstante, el que puso un pase largo desde el centro del campo a la espalda de los centrales. Allí estaba Fernando Torres, que de rebote y a trompicones, anotó el primero para su equipo y acabó con su enésima sequía goleadora. Una vez “el Niño” se quita ese peso, todo es más fácil para su equipo: supera a los defensas en velocidad, se ofrece con más generosidad e incluso tira centros de rabona.
 
Otro que brilló fue Ryan Bertrand. Fijo desde ya ante la lesión de Ashley Cole, el lateral inglés intentó el desborde una y otra vez, sacando centros durante todo el partido. Pero fue Mata el que se anotó la primera asistencia de su cuenta de la noche al poner un balón en el pecho de Victor Moses, que a bote pronto convirtió en un derechazo a la escuadra de Ryzhikov.
 
No habían sudado en exceso los de Benítez en ataque ni, sobre todo, en defensa, donde sólo algún tiro lejano había puesto en alerta a Petr Cech. Un dominio sólido pero calmado. Al menos hasta que a 5 minutos del descanso, un balón impactó en el brazo semi-extendido de John Terry. El penalti lo transformó Natcho en el 2-1.
 
Creció el dominio local en la reanudación. Sin ahogar especialmente a los visitantes, los ‘blues’ buscaron el tercero a conciencia, apuntalando atrás el resultado. Ayudó el Rubin, que se sintió satisfecho habiendo marcado fuera de casa. Sólo en una contra Salomón Rondón estuvo cerca de
conseguir el empate.
 
Fue el actual campeón de Europa quien al final golpeó de nuevo. Torres se enredó con el balón en la frontal y, sin saber cómo sacar petróleo, la dejó atrás y buscó el corazón del área. Ese balón llegó a Mata, que la colocó en el punto exacto para que, libre de marca, el ariete español cabeceara cruzado al fondo de las mallas.
 
La victoria por 3-1 no garantiza nada de cara al partido en Moscú de la próxima semana, pero es un respiro para Benítez y los suyos. Tras la primera tanda intensiva de partidos, el Chelsea se ve en semifinales de la FA Cup, dentro de los puestos Champions y con un pie en semifinales de la Europa League. Si además se le puede añadir un Torres con confianza, el final de temporada pinta menos gris.
 
Cada vez que “el Niño” brinda una buena noche en Stamford Bridge, un escalofrío recorre las espaldas de los aficionados. Ocurrió de nuevo tras la victoria ante el Rubin Kazan y el doblete del de Fuenlabrada pero, camino de Fulham Road, los hinchas no acababan de distinguir si era de esperanza o por el frío invierno, que todavía no se ha decidido a marchar de Londres.
 

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Antonio Mateo