En una Premier League más abierta que de costumbre, comienza a clarificarse la terna de equipos que pugnarán por su cetro tras la jornada de ayer. Uno de los tres candidatos, el Manchester City, logró una sencilla victoria ante un Swansea venido a menos. Con Hart en el banquillo y Silva y Kompany aún en la enfermería, Pellegrini alineó su once de gala, con Negredo en punta.

 

Diez minutos bastaron a los citizens para decirle bien claro al Swansea quién manda en el City of Manchester. Diez minutos en los que Pellegrini acosaron la portería de Tremmel y donde los galeses a duras penas vislumbraron la divisoria central. A resultas, Álvaro Negredo convirtió una falta al borde del área, a medio camino entre la negligencia de Tremmel a la hora de colocar la barrera y el magistral golpeo del ariete español.

 

El Swansea encontró oxígeno pivotando sobre Shelvey, con dos disparos del joven mediocampista que atajó Pantilimon. El ex del Liverpool es un jugador camaleónico, errático y que a menudo confunde sus virtudes. Pero entre ellas está el brío, que animó a los suyos. Enlazando con los delanteros, el Swansea comenzó a acercarse al arco local, pero sin Michu ni Wilfred Bony los swans son como un boxeador con las manos atadas. Pulcros y académicos desde la salida con los centrales y José Cañas, los de Laudrup, adolecieron en todo momento de mordiente en ataque. En comparación con el peso goleador y la influencia de Michu, Álvaro Vázquez es aún peso pluma.

 

En un partido de ritmo bajo y mucho pase en corto, el City pudo ampliar distancias a la media hora, con dos ocasiones seguidas de Sergio Agüero y Martín Demichelis, esta última tras un cabezazo en un córner que se estrelló en el travesaño. Cuando el reloj indicaba la cercanía del descanso, Jonathan De Guzmán pudo cambiar el transcurso del encuentro. Recibió en el balcón del área y tras tirar un precioso caño a Demichelis, la mandó al cielo de Manchester cuando en las gradas ya se mascullaba el empate.

 

La ocasión del centrocampista espoleó al Manchester City, con un Touré Yayá que decidió apoderarse por las bravas del partido. Las situaciones claras comenzaron a llegar, con un Sergio Agüero que quiso imitar a Maradona intentando hacer diana con la mano y posteriormente a Romario, dejando a Ashley Williams y a Tremmel en el suelo, pero enviándola al lateral de la red. Sin embargo, decidió Touré con el pulgar hacia abajo la suerte del Swansea. Se marcó una maravillosa jugada en tres cuartos para asistir magistralmente a Samir Nasri, poniendo el francés tierra de por medio.

 

Con el tanto del ex gunner, el duelo terminó, discurriendo plácidamente para el City y con un puñado de ocasiones para el Kun Agüero y Álvaro Negredo, quien tras peinada de Martín Demichelis, cabeceó alto. El dominio mancuniano era tal que Manuel Pellegrini decidió agotar pronto sus cambios, reservando a Negredo, Agüero y Navas para la visita a The Hawthorns del próximo miércoles. Las ocasiones continuaron sucediéndose en el área visitante, hasta que de nuevo Samir Nasri anotó el tercer y último gol del partido, tras gran pase atrás de Pablo Zabaleta. Todo ante un Swansea impávido, sin vigor y enmarañado en un laberinto de asociaciones en corto sin destino.

 

No tuvo mucho más historia el encuentro, salvo un puñado de ocasiones locales en las botas de Fernandinho, Kolarov y de nuevo de Nasri, quien anduvo cerca del hattrick. Señaló Clattenburg el final y el Manchester City recolectó tres claros puntos ante un Swansea que no se parece ni por asomo al conjunto del que tanto se habló la temporada pasada y en el que tantas esperanzas hay puestas, más allá de la determinante baja de Michu. Con la victoria, el City sigue el ritmo del Arsenal, colocado con el Chelsea entre los perseguidores y con una certeza: si logra exprimir su potencial de manera regular, resulta difícil de creer que esta Premier League no acabe en las vitrinas del City of Manchester.