Juan Antonio Parejo

Un momento de locura expía 44 años (3-2)

El Manchester City se proclamó campeón de la Premier League tras ganar un partido loco en el último segundo con gol de Agüero. Al QPR, la derrota le sirve para mantener la categoría. Joey Barton volvió a hacer de las suyas, agrediendo a Tévez y a Agüero.

 

Premier League

Manchester City 3
QPR 2
Ficha técnica
3 – Manchester City: Hart; Clichy, Kompany, Lescott, Zabaleta; Touré Yayá (De Jong, 44), Barry(Dzeko, 68), Silva, Nasri; Tévez (Balotelli, 74), Agüero.
2 – QPR: Kenny; Taiwo, Hill, Antoine Ferdinand, Onuoha; Barton, Derry, Wright-Philips; Mackie; Zamora, Cissé (Traoré, 56).
Goles: 1-0, m.39: Zabaleta. 1-1, m.47: Cissé. 1-2, m.65: Mackie. 2-2, m.92: Dzeko. 3-2, m.94: Agüero.
La última vez que el cielo fue azul volaban los adoquines en el Barrio Latino de París y George Best hacía reinar al United en Europa. Tras un terrible calvario y un partido de lo más marciano, con trifulca incluida, el Manchester City volvió a proclamarse campeón de Inglaterra. Todo lo que pudo ocurrir ayer, ocurrió, como la salvación, rocambolesca, del QPR. Comenzó el Manchester City agresivo, encimando continuamente a su rival hasta arrinconarle, con un Silva especialmente participativo, permutando de costado con Nasri y clarificando por el medio. Los londinenses esperaban atrás, con dos líneas fijas de cuatro hombres, parapetados prácticamente en su frontal, quedando descolgados sus dos arietes, Bobby Zamora y Djibril Cissé.
 
El gol de Stoke hizo recular aún más a los de Mark Hughes, que acabaron por aburrir a los “citizens”. Sin extremos , ni desdobles de los laterales, los locales atacaban más por acumulación de efectivos, que por asociación. Tan solo el pincel de David Silva y la descomunal potencia de Touré creaban peligro y barrían líneas en un City totalmente atascado, donde Agüero no aparecía y Tévez se mostraba totalmente errático.
 
Las malas noticias se sucedían para el Manchester City, sumándose al gol de Rooney la lesión de Touré Yayá. Sin embargo, cuando pintaban bastos para los de Manchester, Touré Yayá habilitó a Zabaleta dentro del área. Su punterazo y la mantequilla de las manos de Kenny hicieron el resto. Ganaba el City y pasaba a controlar con largas posesiones el duelo. Todo parecía decidido. El Queens Park Rangers ni siquiera había pisado el área contraria. Pero el espectáculo estaba por llegar.
 
Nada más empezar la segunda parte, de la manera más primaria, Cissé hizo que miles de corazones se infartaran. Balón largo, pifia monumental de Lescott y el francés que no perdonó. El guión del partido todavía daría más giros de 180º, propio de una película de Terry Gilliam. Joey Barton, hasta entonces desapercibido, decidió cobrarse su parte de protagonismo. Agresión a Tévez, y la consiguiente roja. Le daría tiempo a patear al Kun y cabecear a Kompany. Faltaba alguien en la fiesta: Balotelli, quien provocó al propio Barton en su camino al vestuario y a punto estuvo la trifulca de pasar a mayores. Por si fuera poco, el partido nos ofreció una ración de error arbitral, en forma de mano clamorosa de Onuoha en un córner.
 
De nuevo, el terreno parecía inclinarse para los de Mancini. Nada más lejos de realidad. Cabalgada de Armand Traoré, que entró por Dijbril Cissé, por la izquierda, centro preciso y Mackie que la mandaba a la red con su testa. El partido pasaba de loco a marciano. Los nervios agarrotaban al Manchester City, que se volcó con todo sobre el marco de Kenny, sin ningún tipo de sentido ni coherencia, mientras el Manchester United dominaban con placidez en Sunderland.
 
Se desesperaba Mancini, quien ya hubo de recurrir a Dzeko y a Balotelli, retirando a un gris Tévez. Ni que decir tiene que arriesgar una liga a Balotelli define a la perfección como se desarrolló un partido destinado a ser recordado por generaciones y a quedar grabado en los libros de Historia.
 
Todo parecía perdido y ya se veían las primeras lágrimas en el Etihad Stadium y las sonrisas en Sunderland. Pero el destino se guardaba una última carta. Gustó de ser caprichoso ayer. Acosaba sin derribar el Manchester City, acumulando una posesión del 80% y hasta veinte córners. Como nueva muestra de lo estrambótico del partido, Kenny se tornaba en héroe visitante ante los intentos de Dzeko y Agüero.
 
Ya en el descuento, sucedió lo más improbable. Dzeko empataba de cabeza en un córner botado por Silva y ya a falta de segundos para el final, Agüero recibía de Balotelli y fusilaba a Kenny. La locura inundaba el Etihad, saltando en un solo instante cuarenta y cuatro años de espera y de frustraciones. Tan esquizofrénico fue el partido que al Queens Park Rangers encontró la salvación dentro de la derrota. Pitó el árbitro y el césped fue invadido. Un momento de locura por cuarenta y cuatro años de postergación. El cielo vuelve a ser azul.
 

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Juan Antonio Parejo