Diego Machuca

Un vistazo a la proeza del Blackburn Rovers

La Premier League siempre fue dominada por los grandes equipos: desde 1992, solo cinco clubes se proclamaron campeones. Uno inesperado fue el Blackburn Rovers, que en la temporada 1994/1995 se consagró campeón de la mano de la figura de Alan Shearer y Kenny Dalglish en la dirección técnica.

 
Imaginemos retroceder más de 20 años y ubicarnos geográficamente dentro de las Islas Británicas. Estamos en el 8 de mayo de 1994 y acaba de terminar la segunda edición de la Premier League, que está dando sus primeros pasos. El Manchester United se consagra campeón nuevamente. Eric Cantona da el salto de calidad necesario a los “Red Devils” para conseguir los primeros títulos de Premier League y es el goleador del equipo. También empieza a aparecer un joven Ryan Giggs.
 
Ese es el panorama que nos depara la próxima temporada que está por comenzar. Sin embargo, antes de empezar la temporada 94-95, ya se estaba gestando en las entrañas de la ciudad de Blackburn, a tan solo 34 kilómetros de Manchester, un equipo que levantaría el título de Premier League. El Blackburn Rovers, fundado en 1875, con hogar en el Ewood Park y cuyo principal rival es el Burnley en el denominado derbi de East Lancashire, ya planeaba hacer historia. Pero no todo empieza de un día hacia el otro. Es imposible entender la historia de la década del 90 para el Blackburn Rovers sin un nombre: Jack Walker.
 
¿Quién es Jack Walker? Primero que nada, un simpatizante fanático del Blackburn Rovers, un desquiciado por su club, pero con muchísimo dinero. Con la empresa “Walkersteel” estuvo relacionado a la industria del procesamiento y distribución de acero en Blackburn, donde amasó una fortuna y decidió embarcarse en el mundo del fútbol inglés. Ahora es más normal ver a los jeques árabes en diversos clubes alrededor de Europa, pero en la década de los 90, la irrupción de Walker planeaba romper la hegemonía del Liverpool y del Manchester United. El tiempo terminó logrando que en la actualidad haya una estatua de Walker en las afueras de Ewood Park.
 
Cuando comenzaba la década de los 90, este empresario compró un considerable porcentaje de las acciones del Blackburn Rovers, que se encontraba en el ascenso de Inglaterra. Pero con la cuantiosa inyección de dinero de Walker logró en la temporada 1991-1992 conseguir un puesto de play-off para un ascenso a una nueva Premier League. Aquél partido de play-off fue frente al equipo sensación, el Leicester City que terminó con un 1-0 con gol de penal de Mike Newell, justamente un jugador de la cantera del Leicester. Los Rovers, comandados por Kenny Dalglish, consiguieron la promoción a la Premier League, luego de 26 años en el exilio en la élite del fútbol inglés.
 
Cuando aparecían los primeros calores del verano del 92, el Blackburn hizo pública una contratación que suponía una cifra récord para la época: 3,5 millones de libras por el delantero del Southampton Alan Shearer. También adquirieron a Stuart Ripley por 1,5 millones de libras proveniente del Middlesbrough y a Lee Makel, del Newcastle. Pero Shearer se llevó todos los flashes. Esa temporada, el equipo conseguiría un cuarto puesto, pero no se conformarían. Aparecerían nuevos fichajes como David Batty o Tim Flowers, que lograron ayudar a conseguir el segundo puesto de la Premier League en 1994.
 
En esa temporada histórica, los Blackburn Rovers batieron el record de transferencia al pagar cinco millones de libras por Chris Sutton, destinado a acompañar en la delantera por Shearer, en una asociación conocida por los aficionados como “The Sas”; de los 89 goles conseguidos por el equipo, más de la mitad fueron obra de esta dupla.
 
Pero no nos adelantemos. En la campaña 1994-1995, el Blackburn se despidió rápidamente de la mayoría de las competiciones: dijo adiós de la Copa de la UEFA tras caer ante el Trelleborgs de Suecia, a la FA Cup apeado por el Newcastle y a la Copa de la Liga tras enfrentarse al Liverpool. Esta situación permitió a los dirigidos por Kenny Dalglish enfocarse en la Premier League, principalmente en el Manchester United, con quien perdería los dos encuentros de la temporada, aunque no le terminaría alcanzando para superar al conjunto de Lancashire.
 
Aquí es donde la figura de Alan Shearer se hace imponente; esa temporada redondeó unos números asombrosos jugando todos los partidos de la liga y completando 34 goles, siendo el goleador de la temporada. Una cifra considerable considerando que en diciembre de 1992 había sufrido una rotura del ligamento cruzado anterior en su rodilla izquierda que dejó su carrera en suspenso durante varios meses.
 
La figura de Shearer no puede eclipsar a todo el equipo de Kenny Dalglish, que consiguió coronarse campeón por tercera vez en su historia y cortando un periodo de 81 años sin ganar ningún título de liga. Desde la fecha 16 hasta el final del torneo se mantuvieron primeros, con toda la presión que significa liderar una categoría, siendo el Manchester United su principal escolta. Y la definición tuvo sus gramos de épica: el título se dirimió en el último partido de la temporada, cuando Blackburn Rovers llegaba al encuentro con 89 puntos, dos más que su escolta, el Manchester United. Si bien los Rovers no consiguieron rescatar ningún punto frente al Liverpool en condición de visitantes, el United tampoco pudo ganar su respectivo encuentro frente al West Ham United, que terminó con un empate 1-1. El dramatismo siempre termina apareciendo en el fútbol inglés.
 
La historia no terminó siendo beneficiosa para el Blackburn Rovers, que luego de la “primavera de Walker” sufrió un descenso en la temporada 1998-1999, aunque logró ascender en 2001. La felicidad duró poco, ya que en el 2012 volvió a Championship, categoría que sigue manteniendo al día de la fecha. No fue posible repetir las hazañas que “el tío Jack” imaginaba cuando depositó su dinero dentro de la institución.
 
Los aires cambiaron, mucho, desde la muerte de Walker en 2000. Y el declive se convirtió en hundimiento con la aparición de los Venky, los actuales propietarios indios del club, en 2010. Ya no se piensa en un título de Premier League. Paul Lambert, el actual entrenador del Blackburn Rovers, hace lo posible para mantener al equipo en la segunda categoría de Inglaterra. No hay un Alan Shearer en la plantilla titular y lo más parecido que había, Jordan Rhodes, ha hecho las maletas este enero con destino Middlesbrough. Los años dorados del Blackburn pasaron y la realidad hace que la nostalgia por los años de Walker se perciban en cada rincón del Ewood Park.
 

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Diego Machuca