Josué Rubio

Una lágrima por Silva

La ausencia de David Silva está costándole cara al Manchester City. El conjunto de Manuel Pellegrini salvó in extremis el duelo ante el Crystal Palace pero cayó en casa ante el West Ham y en White Hart Lane ante el Tottenham.

 
Manuel Pellegrini ya decidió descartarle en la quinta jornada de Premier contra el Crystal Palace, solventada con un triunfo postrero, agónico y con un juego más bien plano y redundante, así que su ausencia por lesión tras el parón de selecciones no pareció tan grave. La semana siguiente, ya con el mago de Arguineguín en el césped, se solventó con una derrota en casa a manos de una Juventus que, a pesar de haberse quedado a las puertas de un triplete histórico en Berlín, está viviendo uno de los momentos más convulsos en una Serie A que ha gobernado con puño de hierro durante los últimos cuatro años, lo que supuso un impacto mayor con el 1-2 campeando en el Etihad al final del encuentro.
 

Sin Silva, el Manchester City acumula dos derrotas consecutivas en liga

Su clarividencia ante equipos que se repliegan es imprescindible

El canario se resintió de un dolor durante el calentamiento previo al encuentro contra el West Ham, que culminó una machada llevándose los tres puntos de un Manchester City que no tuvo más “remedio” que suplir a David por De Bruyne que, a pesar de estrenar la titularidad con un buen gol, no sirvió para revertir la renta de 0-2 obtenida por los Hammers cuando el luminoso marcaba la media hora de juego. Un traspiés contra un equipo más pequeño lo puede tener cualquiera (que se lo digan a Mou este año), así que, gracias a su inicio perfecto de temporada, el chileno decidió pasar página, alinear a un equipo de garantías para la cita de la Capital One Cup y la saldó con un notorio 1-4 ante el colista de la Premier, el Sunderland de Dick Advocaat, en un encuentro que hacía presagiar que el joven genio belga y Sterling, la centella inglesa más prometedora del próximo lustro, solo necesitaban asumir galones y tirar del equipo.
 
La visita al Lane, en lo que era el primer examen serio sin la presencia de Silva, se saldó con una escandalosa goleada de los Spurs, actuación arbitral al margen para unos y otros, que remontaron el tanto inicial de, otra vez, De Bruyne para terminar con una victoria por 4-1 y firmando la segunda derrota consecutiva en el campeonato doméstico y la tercera de la temporada para las filas ciudadanas.
 
¿Por qué De Bruyne no puede tirar todavía del carro? Sencillo, no posee la adaptación de la que ha gozado el genio canario, que milita en el club desde 2011, y es conocedor de los entresijos del juego, dominador de los tiempos en la línea de tres cuartos y, en definitiva, máximo asistente de la Premier si tomamos como período referencia su desembarco en las islas británicas, con un total de 50 (hasta 69 en todas las competiciones), incluyendon cuatro este año, unos números que le han valido la etiqueta de maestro del último pase, seguido de Juan Mata y Santi Cazorla, y le hace poseedor del reconocimiento unánime como faro del City.
 
Con él, todo es más fácil, y los resultados no son fruto de la casualidad, sino de la clarividencia de “el chino” a la hora de facilitar soluciones. Su ausencia les ha costado a los pupilos de Pellegrini los últimos seis puntos en liza pero, cuando vuelva, será quien facilite la mayoría de los que logren, siempre con la cabeza alzada, buscando el desmarque del Kun o el desborde de Raheem. Los genios son así.
 

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Josué Rubio