Robin van Persie es el jugador más en forma de Europa
El Arsenal pagó por el holandés 2,75 millones de libras. Más o menos lo que se gasta Roman Abramovich en una llamada a la teletienda. El fichaje del holandés hace siete años posiblemente es el mejor trato que ha hecho nunca Arsène Wenger. Los problemas de disciplina de van Persie impulsaron al Feyenoord a venderle a precio de ganga. El Arsenal pagó por él la mitad de lo que el Chelsea pagó al PSV Eindhoven por Mateja Kezman el mismo año.
Cuando está en forma, pocos son capaces de igualar la capacidad goleadora del holandés. Desde que llegó, Wenger ha invertido fortunas en atacantes: Andrei Arshavin (15 millones de libras), Theo Walcott (9), Alex Oxlade-Chamberlain (12), Gervinho (10) y Chu-young Park (5). Sin embargo, ninguno de ellos ha sido capaz de igualar el rendimiento del holandés.
Robin van Persie ha marcado 28 goles en sus últimos 27 partidos de Premier League, comenzando por el partido de Año Nuevo contra el Birmingham City. Eso supone que el holandés ha marcado el 53% de los goles del Arsenal en la Premier League en 2011. Theo Walcott es el segundo con seis goles (11%).
Para hacernos una idea de la magnitud, basta con comparar con el resto de los goleadores europeos en 2011:
1. Cristiano Ronaldo (R Madrid), 33
2. Mario Gómez (B Munich), 28
3. Robin van Persie (Arsenal), 28
4. Lionel Messi (Barcelona), 27
5. Antonio Di Natale (Udinese), 25
Pero tal vez lo que tiene más mérito es que Van Persie ha sido, posiblemente, la luz que ha guiado al Arsenal a través del oscuro túnel en el que se metió desde el momento en que Fàbregas y Nasri salieron por la puerta del Emirates. El holandés es el primer jugador en marcar 10 goles en los primeros 10 partidos de la Premier League, desde que lo lograra Jimmy-Floyd Hasselbaink para el Chelsea en 2001. Dennis Bergkamp lo hizo en 1997. Cosa de holandeses.
John Terry sigue resbalando en los momentos importantes
El peor momento de la carrera de John Terry se produjo una lluviosa noche en Moscú hace ya algunos años. Estaba a un penalti de lograr su primera Champions League, la primera en la historia del Chelsea, e inscribir su nombre con letras de oro en la historia del club. Pero resbaló, el balón dio en el palo y el Manchester United se proclamó campeón.
El resbalón del sábado solo significó perder un partido. Pero en casa, contra el Arsenal y permitiendo al Manchester City escaparse a nueve puntos cuando todavía estamos en octubre.
Ha sido una semana difícil para Terry, envuelto en la polémica por sus supuestos insultos racistas contra Anton Ferdinand en el partido contra el QPR de la semana anterior. Algunos medios han llegado a debatir si debía renunciar al brazalete de capitán de la selección, que ya recuperó tras perderlo a causa de su affaire con la expareja de su excompañero Wayne Bridge. Otro resbalón, por cierto.
André Villas-Boas todavía tiene mucho trabajo por delante
El portugués está intentado implantar un sistema nuevo y eso requiere tiempo. Aunque el Chelsea de AVB juegue con el familiar 4-3-3 de Mourinho, su equipo difiere en mucho del de su compatriota. Este Chelsea presiona incesantemente, juega con la línea defensiva muy adelantada y eso es un riesgo constante. Para empezar, expone a los jugadores a recibir muchas más tarjetas y, para continuar, deja en una posición muy vulnerable a la defensa ante equipos que son capaces de evitar el fuera de juego.
Los números tras la derrota por 3-5 son catastróficos para el Chelsea. Los «blues» solo han concedido 5 goles en un partido de la Premier League en casa dos veces (la anterior fue el 16 de diciembre de 1989, cuando el Liverpool ganó 2-5 en Stamford Bridge). De hecho, hacía quince años que el Chelsea no recibía 5 goles. Fue el 21 de septiembre de 1996, cuando Patrik Berger marcó dos goles y el Liverpool venció al Chelsea de Ruud Gullit por 5-1 en Anfield. Hacía 5.047 días que un equipo visitante no marcaba cinco goles en Stamford Bridge. Fue el Manchester United en un partido de la FA Cup el 4 de enero de 1998.
Pero lejos de los datos históricos, las estadísticas de esta temporada no avalan la estrategia defensiva de Villas-Boas. El Chelsea lleva nueve partidos sin mantener su portería a cero, la peor racha en 10 años (de hecho, solo lo han logrado una vez). Los «blues» han recibido 15 goles este año, igualando el total que recibieron en toda la temporada 2004-05 con José Mourinho.
Wenger ha logrado convencer a todos de que vuelven a ser los que eran
Wenger dijo, después de superar al Udinese en agosto, en la previa de la Champions League, que aquella victoria era «un punto de inflexión». En los dos meses y medio que han transcurrido desde entonces, cada victoria, por pírrica que fuera, era recibida como un punto de partida, un nuevo inicio, el arranque de una buena racha, etc. Ganar en Stamford Bridge por 3-5 sí es un punto de inflexión.
El Arsenal había logrado tres victorias en los nueve partidos anteriores al 18 de septiembre. Sin embargo, en sus últimos nueve partidos (desde que perdió por 4-3 ante el Blackburn en Ewood Park) acumula ocho victorias. Solo el Tottenham les han ganado desde el 18 de septiembre.
Los «gunners» tienen un curioso récord en la historia de la Premier League. Han logrado 25 puntos en sus enfrentamientos contra el Chelsea, después de haber estado por detrás en el marcador en algún momento. Ningún otro club ha logrado tantos puntos ante otro equipo tras ir por detrás.
Esta victoria es la número 500 de Arsène Wenger al frente del Arsenal, tras 15 años en el club. La primera fue ante el Blackburn el 12 de octubre de 1996. Desde entonces, han pasado muchas cosas pero, posiblemente este verano, el francés vivió su peor momento en el Emirates. Cuestionado por no ser capaz de retener a sus figuras, el club recibió una humillante derrota en Old Trafford por 8-2 que dejó muy tocado al francés y al club.
Pero Wenger ha persistido y ha mantenido el optimismo en todo momento. Esta victoria es crucial. El Arsenal remontó por dos veces y cuando Mata puso el 3-3 y parecía que los «gunners» iban a caer una vez más, fue el Chelsea el que resbaló. Esto no solo demuestra que Wenger y su equipo no están acabados, que su filosofía sigue siendo válida. El Arsenal ha recordado al mundo quién es y cómo ha llegado hasta aquí.