Alvaro Oleart

Victoria pírrica del City en el DW Stadium (0-1)

A pesar de los defensivos cambios introducidos por Mancini en la recta final del encuentro, el Manchester City logró amarrar una importante victoria que les devuelve el liderato en solitario de la Premier. Dzeko anotó el único tanto del encuentro. Los «latics» siguen anclados en la cola de la tabla.

 

Premier League

Wigan 0
Manchester City 1
Ficha técnica
0 – Wigan: Al Habsi; Stam, Alcaraz, Caldwell, Figueroa; McCarthy, McArthur (Watson, 68), Gómez (McManaman, 81), Crusat (Di Santo, 68), Moses; Rodallega.
1 – Manchester City: Hart; Zabaleta, Savic, Lescott, Clichy; Milner, Barry, Silva (Onuoha, 81), Nasri (De Jong, 74), Agüero (Johnson, 90); Dzeko.
Goles: 0-1, m.22: Dzeko.
El Swansea demostró el domingo que la mejor defensa es controlar el balón. A tenor de los cambios que realizó en la recta final, Roberto Mancini no debió ver el encuentro de los Swans. Para el entrenador italiano de los «citizens», la mejor defensa no es un buen ataque, sino una defensa lo más poblada posible, como volvió a demostrar en Wigan.
 
Desde el inicio de la presente temporada, el Manchester City de Mancini ha sorprendido por su estilo ofensivo, buscando dominar los partidos con la posesión del balón. Alcanzó su punto álgido en Old Trafford, cuando batieron a sus vecinos por 1-6. Sin embargo, desde entonces, Mancini poco a poco ha ido volviendo a las andadas, una actitud que ha estado a punto de pagar caro.
 
Mancini sufrió algunas bajas en el once, comenzando por Yaya Touré y los lesionados Balotelli y Micah Richards. Pero el italiano alineó a Milner, Silva, Nasri, Barry, Agüero y Dzeko, un arsenal más que suficiente para llevarse la victoria del DW y de prácticamente cualquier campo de Inglaterra.
 
A pesar del entusiasmo inicial del Wigan, el City se hizo con las riendas del partido. Este dominio derivó en el primer gol del encuentro, que llegó en el minuto 22, después de un excelente saque de falta de David Silva y un todavía mejor remate de cabeza de Edin Dzeko. El gol significabó la 11ª asistencia del canario (líder de la liga, con cuatro más que el segundo clasificado) y el 11º gol del bosnio en la presente Premier League, aunque el primero desde el 5 de noviembre, más de dos meses en blanco.
 
Pese a que el gol obligaba al Wigan a atacar, fue el City el que llevó la manija del encuentro durante el resto de la primera mitad, manteniendo una presión muy cerca del área rival, aunque algo ayudado por los errores defensivos de la zaga local. Por desgracia para los de Manchester, su buen hacer no obtuvo el premio del segundo gol.
 
En la segunda parte, el guión no cambió. Los «citizens» siguieron dominando el encuentro con comodidad, pero los minutos pasaban sin que lograran el segundo gol. Ni siquiera Agüero, después de regatear a tres defensas, fue capaz de hacerlo, aunque bien es cierto que la molesta presencia de Dzeko no ayudó. Además del desacierto visitante, parte del mérito de que no llegara el segundo gol «citizen» recayó en Al-Habsi, que estuvo sublime en un par de acciones.
 
Con 0-1 y veinte minutos por delante, Mancini se vio confrontado a decidir entre dos opciones: realizar un cambio ofensivo en busca del control del balón y el gol de la tranquilidad o uno defensivo para amarrar la victoria por la mínima. Fiel a la tradición futbolística italiana, tomó la segunda opción. Primero, dio entrada a De Jong por Nasri, que por cierto estuvo desaparecido, como ya empieza a ser habitual. A continuación, dio el relevo a Onuoha por Silva, probablemente el mejor del encuentro.
 
Como era previsible, el City acabó sufriendo. Hasta el último minuto estuvo el Wigan colgando balones al área del City, aunque no llegaron a tener ninguna ocasión clara en los últimos minutos.
 
La victoria devuelve al Manchester City al liderato en solitario de la Premier League. Sin embargo, más allá de los resultados, la sensación es que está volviendo el Mancini de la pasada campaña, el que se conformaba con un 1-0 y que en numerosas ocasiones veía cómo sus rivales les empataban partidos en los últimos minutos. Teniendo una plantilla con sustitutos de la calidad de Adam Johnson, es significativo que el entrenador italiano prefiera dar entrada a De Jong, que golpeó antes el tobillo de un rival que el balón.
 
Por su parte, no es ninguna sorpresa que el Wigan ocupe la última plaza. Son el equipo menos goleador de la liga (18 goles). Su supuesto delantero estrella, Hugo Rodallega, lleva un solo gol en toda la temporada. Y su defensa es terrorífica. Más allá de que Dzeko ganara fácilmente el balón en el único gol del partido, los «latics» cometieron numerosos errores defensivos, desde Alcaraz hasta Figueroa. La única esperanza del equipo pasa por Jordi Gómez, McArthur, Moses y Ben Watson, que hizo más en sus veinte minutos que la mayoría de sus compañeros en todo el partido. Sin defensa y sin ataque, el Wigan parece tener un destino claro: el descenso.
 

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Alvaro Oleart