Premier League
West Brom | 1 |
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Chelsea | 0 |
Ficha técnica |
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1 – West Bromwich Albion: Foster; Reid (Tamas, 57), McAuley, Olsson, Ridgewell; Mulumbu, Andrews, Morrison; Odemwingie, Thomas (Brunt, 64), Fortuné (Long, 84). |
0 – Chelsea: Cech; Ivanovic (Meireles, 84), Cahill, David Luiz, Cole; Essien (Torres, 76), Ramires, Lampard; Sturridge (Malouda, 64), Mata, Drogba. |
Goles: 1-0, m.82: McAuley. |
Cuando Juan Mata aterrizó en Stamford Bridge, lo hizo con la ambición de cumplir su sueño de ganar títulos. Quizás la Premier League. Quizás incluso la Champions League. O al menos una FA Cup. Al fin y al cabo, ya era más de lo que aspiraba con el Valencia. Además, llegaba de la mano de un técnico joven que había logrado hacer del Oporto un magnífico equipo, y que practicaba un estilo de fútbol combinativo y dinámico, como a Mata le gusta. Sin embargo, bien entrada la temporada, el jugador español se ha chocado con la realidad. Con la triste realidad.
Y es que André Villas-Boas, el prometedor técnico que deslumbró a propios y extraños al frente del Oporto, ha desaparecido. Ni rastro queda de él. Su equipo hace tiempo que ha perdido toda posibilidad de luchar por la Premier League. Y además, el portugués ha desperdiciado la oportunidad de aprovechar esta temporada de transición para renovar la plantilla. Villas-Boas sigue sin renovar la plantilla, sigue cosechando resultados calamitosos, y su juego sigue dando pena. La paciencia de Roman Abramovich no puede tener ya muchas reservas.
En The Hawthorns, los «blues» merecieron perder, incluso pudieron salir goleados. Villas-Boas, en un partido a vida o muerte como este (y como serán todos y cada uno de los encuentros hasta final de temporada, pues se juega la cuarta plaza que da derecho a la Champions League), apostó de nuevo por la vieja guardia. Cech, Ivanovic, Cole, Essien, Lampard y Drogba fueron titulares, evidenciando la falta de renovación de la plantilla. A pesar de un buen inicio, el Chelsea se atascó en el mismo lugar que toda la temporada: en la creación. Si Mata no aparece, nadie en los «blues» es capaz de dar un pase inteligente o peligroso. Ramires está demasiado concentrado con su maratón particular, Essien en destruir el juego rival sin volver a lesionarse la rodilla, Lampard no participa y Romeu, titular en otras fases de la temporada, sigue en el banquillo.
Tras llegar al descanso sin goles, Hogdson mantuvo su clásica estrategia de líneas bien juntas atrás y salir al contraataque, mientras que Villas-Boas no encontraba solución posible al atasco de su equipo. El portugués introdujo a Malouda y Torres en detrimento de Sturridge y Essien, movimientos que no cambiaron el guión del encuentro. De hecho, fueron contraproducentes, pues aliviaron a la zaga local de la amenaza constante de Sturridge, que llegaba tocado del partido internacional de Inglaterra del miércoles.
El partido parecía abocado al empate. Pero a falta de diez minutos y tras un córner, el central McAuley anotó el único gol del encuentro. El Chelsea buscó la igualada hasta el último segundo, pero de nada sirvió.
Los «blues» quedan a tres puntos de la cuarta plaza. Y lo peor es que los jugadores parecen haber perdido el respeto al entrenador. O al menos, da la impresión de que ya no le respaldan. Drogba y Sturridge parecen haber bajado algo los brazos. No tienen la intensidad y ganas de principio de temporada. Tampoco la defensa, donde David Luiz y Ashley Cole estuvieron fatal. Odemwingie hizo que Cole pareciera un lateral de segunda división. David Luiz no necesitó a nadie para parecer un jugador de segunda división. Oriol Romeu fue el más destacado, pues no se movió del banquillo. Villas-Boas debe decidir entre renovar la plantilla y cosechar unos resultados mediocres, o no renovar la plantilla y cosechar unos resultados mediocres. Si decide lo primero, tiene alguna pequeña posibilidad de mantener su puesto de trabajo. Con lo segundo no solo será despedido, sino que seguirá haciendo el ridículo, como hasta ahora. No tiene opción.