Alvaro Oleart

Villas-Boas, el acróbata lingüístico

Hablar inglés no es algo difícil. Sin embargo, conseguir que los medios de comunicación ingleses no se rían de cómo un entrenador extranjero de la Premier League habla inglés ya es algo más complicado. Sobre todo si alguien escribe una autobiografía en la que afirma que ningún lechero entendería sus palabras. André Villas-Boas todavía tiene mucho que aprender de José Mourinho, un auténtico camaleón.

 
Como en prácticamente cualquier traslado laboral al extranjero, cambiar Portugal por Inglaterra no resulta algo sencillo. Uno sustituye el sol por la lluvia. El bacalao por el fish&chips. José Saramago por Shakespeare. Una república por una monarquía. Y, sobre todo, el portugués por el inglés.
 
No es que el inglés sea un idioma difícil de aprender, pero hablar bien un idioma es mucho más que conocer la traducción literal de las palabras. Los ingleses tienen un idioma dentro del idioma, lo cual complica su comprensión para los extranjeros. Como muestra, esta página web donde se exponen diversas expresiones habituales inglesas y cómo las interpretan los extranjeros y los ingleses. Como se puede comprobar, muchas no tienen nada que ver.
 

El Daily Mail acuñó el término AVBinglish para referirse a su inglés

Villas-Boas dijo que Defoe podía «oler centros», lo que desató la hilaridad

André Villas-Boas, técnico del Tottenham, está descubriendo poco a poco el inglés de los ingleses. Eso sí, a base de golpes. Hace un mes, el Daily Mail publicó un artículo en el que definía el idioma que habla Villas-Boas en Inglaterra como «AVBinglish» debido a las acrobacias lingüísticas que utiliza el portugués para enfrentarse a los medios de comunicación. La expresión que provocó la invención del término «AVBinglish» ocurrió cuando Villas-Boas dijo que Jermaine Defoe era capaz de «smell crosses» (literalmente, «oler los centros»). Tampoco ayudó la expresión que utilizó Villas-Boas acerca de Michael Dawson, cuando habló de él como una persona con excelentes «human qualities» («cualidades humanas»), una expresión que motivó más de una carcajada, pues aunque la intención era alabar la personalidad del central inglés, en inglés se relaciona con la apariencia física. Por fortuna para las fans de Villas-Boas, el portugués se refería a la primera opción.
 
Pero la historia de Villas-Boas con la comunicación en Inglaterra es algo más larga. Poco después de que el Chelsea despidiera a Villas-Boas a principios del presente 2012, Paul Fletcher, jefe ejecutivo del Burnley, publicó su autobiografía. En ella había un hueco muy especial para Villas-Boas. Cuando en enero de 2010 Owen Coyle abandonó el Burnley (por aquel entonces, en la temporada 2009-10, jugaba en la Premier League) para entrenar al Bolton Wanderers, Villas-Boas se postuló como candidato para el puesto, aunque por aquel entonces estaba entrenando al Uniao de Leiria, un modesto equipo portugués. Fletcher finalmente contrató a Brian Laws, que acabó descendiendo al club en la que fue su única temporada en la Premier League.
 
Más allá del descenso del Burnley, lo interesante es cómo Paul Fletcher justificó en su autobiografía la decisión de desestimar la opción de Villas-Boas como entrenador. Primero citó a Tommy Doherty (exjugador escocés de Celtic y Arsenal, y exentrentrenador de Chelsea, QPR, Aston Villa, Escocia, Manchester United y Derby, entre otros), que solía decir que no diría nada a sus jugadores que el lechero no pudiera entender. Según Fletcher, «no creo que ningún lechero pudiera entender las palabras de Villas-Boas».
 
Y es que parece ser que el lenguaje acrobático utilizado por Villas-Boas frente a la prensa es similar al que utiliza con sus jugadores. «El lenguaje y argot del fútbol va de mal en peor. Villas-Boas lo utiliza mucho. ¿Qué hubieran entendido los jugadores del Burnley cuando les hubiera dicho que debían «solidificarse»?», dice Fletcher, que completa sus críticas definiendo el lenguaje de Villas-Boas como demasiado complejo y rebuscado.
 
Sea como fuere, nadie puede criticar a Villas-Boas por carencia de vocabulario o pronunciación en inglés. Sobre todo comparado con hombres como Claudio Ranieri o Fabio Capello, que entrenaron en Inglaterra pero que nunca mostraron mucho interés en aprender inglés. Capello afirmó que con saber cien palabras en inglés tenía suficiente como para dirigir al equipo.
 

Tommy Doherty dijo que no deberías decir palabras que un lechero no entendiera

Fletcher acusó a Villas-Boas de usar un lenguaje demasiado rebuscado

El problema de Villas-Boas con el inglés es cultural. Traduce expresiones portuguesas literalmente al inglés, lo cual causa malentendidos. Y risas. Además, a Villas-Boas se le comparará inevitablemente siempre con su antiguo jefe: José Mourinho. El portugués tardó un día en meterse en el bolsillo a la prensa inglesa, cuando se refirió a sí mismo como «the special one». Y no sólo eso, sino que, aunque quizá con menos vocabulario que Villas-Boas, Mourinho demostró tener una habilidad cultural y lingüística brutal. De hecho, hasta sus expresiones traducidas literalmente del portugués al inglés acabaron siendo adoptadas. Fue el actual entrenador del Real Madrid el que popularizó la expresión de «aparcar un autobús delante de la portería», tras un empate en la temporada 2004-05 con el Tottenham. Da la sensación de que Mourinho tiene medidas sus palabras en todo momento. Al poco de su llegada a Milán, Mourinho dio un impresionante discurso en italiano, además de afirmar que aprendió tal idioma en apenas tres semanas. Está claro que en el fútbol moderno conocer muchos idiomas es una gran ventaja a la hora de entrenar. Especialmente en la Premier League, que cuenta con un 64% de jugadores extranjeros, número solo superado a nivel mundial por la liga canadiense y la chipriota.
 
La crítica de Fletcher hacia Villas-Boas podría tomarse como un problema real. De hecho, cuadraría con la imagen de Villas-Boas como un hombre con más estilo y apariencia que personalidad real (algo parecido a lo que ocurre con Roberto Mancini). También podría exponerse como una de las causas de su fracaso en Stamford Bridge. Sin embargo, no parece que sea el caso. En Portugal se le sigue viendo como un técnico excelente. Hasta su sucesor en el Oporto, Vítor Pereira, ha alabado el talento comunicativo que tenía Villas-Boas, sobre todo con respecto al propio Pereira. 
 
La moraleja de esta historia está clara: el conocimiento del idioma extranjero para un entrenador siempre es bueno hasta que empiezan las derrotas. Mientras el Tottenham de Juande Ramos ganaba partidos, nadie se daba cuenta de que el español apenas era capaz de hablar inglés. Pero cuando empiezan las derrotas, las críticas aparecen cual flores en primavera. De hecho, hasta que el Tottenham de Juande Ramos no pasó por un desierto de ocho partidos sin ganar, nadie se dio cuenta de que su inglés era pésimo. Lo mismo ocurrió con Luiz Felipe Scolari en el Chelsea. Mientras el Tottenham de André Villas-Boas siga ganando, los errores lingüísticos serán anecdóticos. Pero en caso de que empiecen las derrotas, Villas-Boas ya puede contratar a Mourinho… como profesor de inglés. 
 

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Alvaro Oleart