Esta misma semana, el entrenador del Manchester City, Roberto Mancini, hizo público el interés de su club en hacerse con los servicios del «kun» Agüero y de Samir Nasri, e incluso afirmó que espera contratarlos «antes de final de mes».
Como era de esperar, la reacción de Arsène Wenger, técnico del Arsenal, no se ha hecho esperar. El francés ha declarado que «este comentario está totalmente fuera de lugar. No puedo decir otra cosa, estos comentarios no deberían estar permitidos. Van contra las reglas básicas del fútbol y (Mancini) debería ser consciente de ello».
«No sé qué debería hacerse. No paso el tiempo preocupándome sobre lo que otras personas dicen porque estoy concentrado en nuestro juego. Pero queremos respeto, y nosotros no hacemos este tipo de comentarios sobre jugadores que están bajo contrato con otros clubes. Ya es hora de que el fútbol en Inglaterra vuelva a regirse por unas reglas básicas».
Y es que Arsène Wenger está en el ojo del huracán desde hace días. Primero fueron las presiones por dejar salir a Fábregas y Nasri, a las que contestó, de forma correcta, que «Fábregas y Nasri tienen contrato con el Arsenal». Posteriormente, sus críticas se cernieron en los 400 millones de libras que supuestamente recibirá el Manchester City por renombrar su estadio como Etihad Stadium tras el acuerdo de los «citizens» con la línea aérea.
Tan solo un día más tarde, llegaron las «irrespetuosas» palabras de Xavi Hernández, en las que declaró que Cesc estaba sufriendo mucho.
Por último, la polémica se cierne de nuevo sobre Nasri, al que tan solo le queda un año de contrato. Parece que Wenger quiere conservarlo como sea, al igual que Fábregas, aunque con Nasri tiene el peligro de que podría salir gratis el próximo verano.