Es de buena educación llevar un regalo a cualquier celebración, pero Wes Brown llevó esa generosidad demasiado lejos. El exjugador del Manchester United obsequió a Sir Alex Ferguson por sus 25 años al frente del club un gol en propia puerta que permitió a los «red devils» lograr una victoria poco convincente.

 

Brown, vendido por Ferguson al Sunderland este verano, marcó el único gol del partido tras cabecear un córner en su propia puerta en el tiempo añadido de la primera parte.

 

Ferguson, que ha recibido miles de elogios durante la semana, sigue a lo suyo: ganar puntos aunque sea jugando mal. Y el rival no podía ser más idóneo. El Sunderland se presentó en Old Trafford con tres exjugadores del United en su once inicial y Steve Bruce, excapitán del equipo bajo las órdenes de Ferguson, como técnico. Para acabar de rematar el ambiente festivo del encuentro, la grada norte de Old Trafford fue bautizada con el nombre de Sir Alex Ferguson.

 

La primera parte, disputada a medio gas, supuso la confirmación de que el aniversario de Ferguson se había convertido en una distracción para los locales. Tampoco ayudó la lesión en el primer minuto del prometedor delantero Connor Wickham, que fue reitrado en camilla y obligó a detener el juego durante cuatro minutos. Mala fortuna para Wickham, que era titular después de haber estrenado su casillero la semana anterior.

 

El United careció de energía y ambición, y el Sunderland le dio algún susto por mediación de Sebastian Larsson, que disparó al lateral de la red, y de Nicklas Bendtner, que obligó a Anders Lindegaard (que sustituyó a De Gea bajo palos) a estirarse para detener el disparo lejano del danés.

 

Hasta que Wes Brown cabeceó el córner de Nani contra su propia portería ante la mirada atónita del guardameta Kieren Westwood, el United era todo frustración, como ejemplificaron los gritos de Wayne Rooney (que volvió a jugar como centrocampista) contra Nani por no ofrecerse para recibir el balón.

 

Los locales solo apretaron en la recta final de la primera parte. Phil Jones, que jugó como lateral derecho, se adentró en terreno rival para enviar una volea lejana por encima del larguero a los 43 minutos. Momentos después, fue Nani quién envió una volea que obligó a Westwood a intervenir en el primer palo. En el córner subsiguiente, Brown marcó su sexto gol para el United, aunque los cinco anteriores los había marcado vistiendo una camiseta roja con el escudo del United.

 

El gol puso en ventaja a los locales pero no contribuyó a desatascar su juego. La primera ocasión de la segunda parte no llegó hasta el minuto 64, cuando el excentrocampista del United Kieran Richardson despejó un cabezazo de Javier Hernández sobre la línea en el segundo palo.

 

Poco después, el Sunderland creyó que el árbitro había concedido un penalti a su favor por unas manos dentro del área tras un centro de Larsson. Sin embargo, tras consultar con su asistente, el colegiado Mason indicó falta a favor del United. La repetición televisiva le da la razón al árbitro ya que fue el sustituto del Sunderland Ji-Dong-Won quién tocó con la mano.

 

El United estuvo a punto de marcar el segundo a los 71 minutos pero Westwood estuvo providencial. El portero, titular a causa de la lesión de Simon Mignolet, detuvo un disparo bien dirigido de Rooney y envió el intento subsiguiente de Patrice Evra por encima del larguero.

 

Ya no hubo mucho más destacable, excepto un intento del «chicharito» Hernández, tal vez su único en todo el partido, que envió por encima del larguero. Un buen ejemplo de lo que fue todo el partido.