El primer tiempo comenzó con un anunciado desorden, con un Newcastle falto de ideas, algo que viene mostrando repetidamente, ante un West Ham que dudaba si animarse a más o continuar replegado a la espera.

 

Los visitantes, ante la falta de iniciativa local, empezaron a animarse de la mano de Mohamed Diame, al que le bastó su físico para imponer su presencia en el centro del campo ante la ausencia del sancionado Tioté. Del otro lado, Demba Ba hacía lo que podía probando con tiros de larga distancia.

 

El marcador no se movería hasta el minuto 38, cuando luego de una jugada rebotera encontró a Kevin Nolan bien parado abajo del arco. El exjugador del Newcastle solo debió empujar el balón para así abrir el marcador. Con el gol, West ham encontró la excusa perfecta para armarse de forma rocosa. La línea de medios, con Noble y Diamé destruyendo todo lo que pasaba por sus alrededores, se erigió en un filtro para la defensa y el Newcastle, que sigue mostrando poco, no encontró la forma de incomodar demasiado a su visita. Para acabar de remtarlo, el argentino Jonás Gutiérrez se sumó a la interminable lista de bajas de las «urracas».

 

El comienzo del segundo tiempo vino con el ingreso de Shola Ameobi por Papiss Cissé, que lleva una temporada más negra que el color de su piel. Alan Pardew confió más en la asociación que Ameobi podía brindar más que en el olfato goleador de Cissé, que parece estar apagado. El mayor de los hermanos Ameobi no pudo aportar mucho, la defensa del West Ham se mantuvo firme y cuando Newcastle se acercó con peligro, Jussi Jaaskelainen estaba ahí para evitarlo. West Ham intentó golpear de contra pero Tim Krul también se mostró sólido.

 

West Ham, de esta manera, consigue su primera victoria de visitante. El de Allardyce es un equipo sólido con mucho poderío físico que sobrevivirá sin dificultades en su regreso a la élite tras un año de exilio. Por otra parte, Newcastle sigue en caída libre. Las «urracas» solo han ganado dos de sus últimos siete partidos. Pero más allá de los resultados, el juego deja mucho que desear desde hace varias fechas. Y la sobrepoblación que vive la enfermería estos días no permite presagiar nada bueno.