Perder en cuartos de final en la tanda de penaltis se ha convertido en una costumbre inglesa. Como el té de las cinco. O las pamelas en Ascot. Llegó el momento de hacer balance y encontrar respuestas al fracaso repetido de la selección en las grandes citas internacionales.
Cada dos años se invocan las mismas deficiencias. La más recurrente, el cansancio. Los jugadores ingleses, se afirma, no pueden competir en igualdad de condiciones porque arrastran un cansancio superior a sus rivales debido a la acumulación de partidos. La solución sería por tanto hacer un parón en invierno, en el mes de enero, una vez pasadas las jornadas navideñas, como sucede en el resto de ligas importantes. Pero los números contradicen esta afirmación. John Terry disputó 47 partidos antes de la Euro, por 43 de Rooney o 27 de Gerrard, que estuvo meses lesionado. En comparación, el español Xavi disputó 49 partidos, el italiano Pirlo jugó 47 y el alemán Gómez participó en 48.
El cansancio o la liga de reservas no son el problema
La reforma del fútbol base es la solución pero llevará años
Otra de las excusas más manidas es la liga de reservas. Es una competición que no es suficientemente competitiva y no ayuda a los jugadores jóvenes a desarrollar sus aptitudes. Aquí ya nos vamos acercando más a la raíz del problema. Es cierto que existe un abismo entre las competiciones juveniles y la Premier League que la liga de reservas no contribuye a disminuir. La solución propuesta pasa por crear una liga sub-19 entre los mejores equipos del país. Una buena idea que contribuiría a mejorar el desarrollo en la etapa inmediatamente anterior a la profesionalización. Pero la realidad es que el problema se encuentra en las etapas anteriores.
La ausencia de talento que hemos podido comprobar en Inglaterra durante esta Eurocopa se debe a las carencias técnicas de sus mejores jugadores, que no disponen de la confianza y la habilidad necesaria para optar por un sistema de juego como el alemán, el español o el italiano, basados en el pase y la combinación.
En este sentido, la propuesta de la Federación Inglesa de reformar todo el fútbol base parece la mejor respuesta a las penurias de la selección inglesa. ¿El único problema? Que deberemos esperemos una década para ver a un equipo inglés triunfar en una cita internacional.